Indispensable

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No podía creer que estuviese pasando mi segundo amanecer tras las rejas, en cuanto me subieron a la patrulla trate de ser sensata y recordarme a mi misma que no tenía nada que temer, no había hecho nada malo así que no tenía porqué preocuparme.

Más sin embargo, nunca conté con la posibilidad de que Alonso y su grupo actuarían de manera tan cobarde como para inculparme de algo que no me correspondía, y mucho menos imaginé que el mismo Nicholas, aquel que decía ser mi amigo y quererme se comportaría de esta manera.

Mi vida se estaba convirtiendo en una pesadilla, y en la vida real está no se resolvería con la simple acción de pellizcarme y salir de aqui, por como lo veía, hoy llegaba mi aboogado y con él empearía mi proceso legal. Mi estadía aquí, a pesar de no estar asegurada del todo, tampoco estaba negada. Me quedaría aquí hasta que me dictaminaran sí era culpable o inocente, y sólo rogaba porque el proceso no fuése tan largo.

Y por si fuera poco, mientras todo se solucionaba, tendría que acostumbrarme a ir al baño rodeada de mis compañeras de celda, las cuales cambiaban constantemente, además de tener que dormir literalmente con un ojo en el gato y otro en el garabato, pues a pesar de estar custodiadas, tenía que estar al pendiente de cualquier acción por parte de mis compañeras que me pudiese afectar.

- Hora de recibir a sus visitas señoritas- a pesar de no agradarme el lugar, agradecía infinitamente el hecho de que me tengan aquí en lugar de un reclusorio, pues ahí las visitas son una vez a la semana y poseen menos derechos.

En cuanto entramos al área destinada para visitas pude ver que todas las reclusas que habían sido llamadas junto conmigo estaban tratando con sus visitas, mientras que el asiento que se me había asignado estaba vacío. Mi abogado no había llegado y eso sólo me hacía tener los pelos de punta, literalmente cuanto más se tardara él en llegar, más tiempo sería el que me tocase estar aquí.

Sólo nos destinaban cuarenta y cinco para estar aquí y mi abogado no llegaba, no es que trajera reloj o algo, pero estaba consciente de que mínimo quince minutos ya habían transcurrido. Lo que si, estaba más que segura de que alguien si me había visitado, sino no veía la razón de que me trajeran aquí.

- No pretendo asustarte, pero sí sigues así me temo que vas a hacer que más de una se enoje.

- ¿Pero qué...

- Ya sabes esos tics nerviosos que te dan, no dejas de mover tus piernas y pies dejando que golpeen lo que tengan en el camino.- mis ojos se desbordan de lágrimas en cuanto lo tengo frente, me estaba convirtiendo en una llorona, pero en estos momentos eso era lo de menos.

- Pero, pero...

- Hola amor- la sonrisa que me dedicaba sólo hacía que mi llanto se hiciese más intenso. 

Después de lo que había hecho en año nuevo, y creer que nunca más lo volvería a escuchar llamarme así, ahora que lo tenía frente a mí de nuevo y siendo tan lindo, me hacía sentir como la persona más estúpida del mundo. ¿Cómo pude ser así de impaciente y dejarme llevar por el primero que se me atravesara? 

- No llores, te puedo asegurar que estas en manos de uno de los mejores abogados de mi generación, así que sin pensarlo te puedo prometer que saldrás de aquí antes de lo que canta un gallo.- limpiaba mis lágrimas con tanto cariño que sólo hacía que mis ganas de lanzarme sobre él crecieran, y que con ellas mis ganas de salir de aquí para tener esa libertad aumentaran.

- ¿Tu eres mi abogado?

- ¿Pero qué comes que adivinas?- a pesar de no poder tener más acercamiento que el de sus manos en mi rostro, todo lo que me trasmitía con su mirada me hacía sentir segura, ahora sin duda sería super positiva ante la idea de poder salir de aquí.- Hable con tu madre y ella me puso al tanto, pero aún tengo algunas dudas sobre ese día, necesito saber sí tomaste, ingeriste alguna de las drogas, sí llegaste sola, ese tipo de cosas que ya declaraste, pero necesito que me las digas tal y como se las dijiste a ellos, necesito que me cuentes todo con lujo de detalles.

En cuanto Diego se puso en su modo abogado, la determinación se apodero de él, así que tuve que contarle absolutamente todo lo que sucedió aquel día, le conte sobre mi encuentro con Alonso y como no le había gustado que lo retara por segunda vez, al igual que la amenaza que me dió Nicholas al ver que le había contestado a su compañero.

El tiempo designado para las  visitas había concluido, y con él se había llevado a la persona que con tan sólo verle me había hecho sentirme segura por primera vez desde que estaba aquí. Me alegro de tenerlo aquí, y me asusta darme cuenta de que es más indispensable para mí de lo que imaginé, creí que había comprendido lo importante que era para mí cuando se fue hasta el otro lado del mundo, pero ahora sé que al tenerlo aquí de vuelta, apoyándome a pesar de mis errores no sólo se había convertido en alguien importante para mi, sino en alguien indispensable para mí en estos momentos, dándome el soporte que no sabía que necesitaba y ayudándome a salir del problema en el que me había metido.

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Estaba esperando a tener listo el siguiente capítulo para poder subir este pero como el lunes vuelvo a la escuela y no sé hasta cuando valla a volver a tener la oportunidad de actualizar (espero que sea pronto) decídi hacerlo de una vez.

Espero y les este gustando y muchas gracias a tod@as l@s que me han acompañado durante todo este recorrido, siendo ustedes una de las razones por la que no he dejado de lado esta historia. 

No se olviden de dejar sus comentarios y votos, porque de verdad significan mucho para mí, y es la manera en la que me doy cuenta de que lo que escribo no sólo me esta gustando a mi.

Serás míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora