Capitulo 16

24 1 7
                                    

Todo era oscuro, totalmente oscuro para mi, escuchaba pasos a mi alrededor, y de repente comenzaban, uno tras otro, sus puños se encontraban con mi cuerpo.
Mi rostro, sabía que sangraba por el sabor que, entre salado y metálico se dirigía a mis labios en cada gota que giraba por mi rostro. Escuchaba murmullos, escuchaba pasos pero no sabía que estaba sucediendo, nadie decía nada cerca de mi, algo para hacerme saber que esta tortura muy pronto terminaría, pero mi realidad es todo lo contrario, dudo mucho que esto acabe pronto, mi garganta estaba totalmente seca, no me sentía capaz de gritar por ayuda, simplemente sentía que moría, tenía mucha hambre y más parecía que ni un milagro seria suficiente para ayudarme, en verdad me daba cuenta que poco a poco mis horas se limitaban, se reducían hasta volverse (a mi parecer) casi inexistentes.

De repente se escuchó como las puertas se abrían dejando que un escalofrío se apoderara de mi. Sentía como poco a poco la bolsa de tela que cubría mi rostro iba subiendo hasta dejar libre mi boca, y de una forma un poco brusca un baso con agua era colocado entre mis labios, sin pensarlo comencé a tomarla, en verdad la necesitaba. Un trozo de pan y una galleta salada eran bruscamente colocadas en mi boca y yo no podía hacer nada más que comer para vivir ... Mejor dicho sobrevivir.

Escuché murmuros hasta que sentí como alguien delicadamente acariciaba mi rostro lastimado, no sabia que decir o como reaccionar a eso, esa mano consoladora se alejo de mi rostro hasta que de un momento a otro sentí un fuerte golpe en mi rostro y luego todo fue oscuridad ...

No sabía cuanto tiempo pasó, lo único que sabía era que sentía mi rostro adolorido, pero ... Algo más, ya no estaba atado, ya no tenia mi rostro cubierto, en realidad no entendía nada de lo que estaba pasando, observé mi alrededor y lo único que identificaba era un árbol, inmenso, y muy viejo al parecer, intenté moverme y en eso me percaté de una nota escrita en una pagina colocada con cinta en mi camisa la cual decía:

"Me disculpo personalmente puesto que no eras la persona a la cual queríamos, mis hombres se han equivocado, espero y puedas comprenderlo.

Att: Roberth"

Al leer eso no sabía si reír del enojo o si simplemente llorar por la satisfacción de seguir con vida, de poco a poco y a rastras logré levantarme del suelo, cogiendo una rama que se encontraba cerca decidí seguir mi camino, no sabía hacia adonde, solo sabía que pronto iba a anochecer.

Caminé y caminé entre montes sin escuchar nada más que mis quejas por el dolor, en ese momento no sabía si seguir con vida era una bendición o una maldición.

Avancé y avancé hasta que un sonido familiar fue percibido por mis oídos, escuchaba autos, estaba cerca de una carretera y la verdad es que nunca me sentí más seguro ... Avancé lo más rápido que pude hasta llegar a la carretera y como pude comencé a hacerle parada a los autos, esperando que alguno atendiera a mi llamado.
Y así fue, una camioneta color negro se detuvo frente a mi, y al ver quien era no sabía que hacer, era el papá de Javier, mi cabeza estaba a punto de explotar, no sabía que hacer, mientras el simplemente me observaba desde dentro.

- Subete, estás muy lastimado para caminar - dijo mientras abría la puerta del copiloto, decidí entrar pero tenía miedo, estaba asustado ... Muy asustado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 18, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Seguir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora