19/30. Un as bajo la manga

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Theo se quedó boquiabierto al encontrarse con la sorpresa de que de Claude se estaba alojando en casa de Amber.

–          Tú no te rindes nunca, ¿no? – preguntó Claude a Theo cuando quedaron últimos en la fila hacia el comedor.

–          Solo lucho por lo que es mi derecho. – agregó Theo.

–          Son buenas personas. No tienes derecho. No te han hecho nada.

–          Mira fenómeno. – dijo Theo tirando a Claude de un brazo y esta vez mostrando su enfado. – Me importa un carajo lo que tú pienses; de hecho me importa una mierda la opinión ajena, pero que te quede en claro a ti y a tu amiga que esto no se acaba hasta que obtenga mi cometido. He venido por Amber y no me marcharé de aquí sin ella.

–          Quítame las manos de encima. – gruñó Claude.

–          ¿O que? – sonrió The provocador.

–          O ...

–          ¡Chicos! – irrumpió Ruth – Aquí estaban. Estábamos  esperando por ustedes. – dijo la madre con una sonrisa mirándolos alternamente. - ¿Va todo bien?.

–          De maravilla. – dijo Theo palmeando el hombro de Claude y adelantándose hacía  el comedor.

–          ¿Aún sigue sin entrar en razón? – murmuró Amber con Claude sentado a su lado de la mesa.

–          Si no entiende por las buenas ... - dijo Claude sin completar la oración y asintiendo. Después de todo, acciones extremas requieren de medidas extremas.
 

***

–          ¿Usted otra vez por aquí? - preguntó con sorpresa Amber al detective Ethan Moore.

Era ya tarde, su padre y Emmanuel se habían marchado hacia hora y media a asistir a un cliente en apuros y ella se había quedado terminando el stock y organizando los trabajos en orden de prioridad para el día siguiente.

–          ¿Está  muy ocupada? - preguntó el detective que vestía muy lejos de lo cotidiano. Lucía tan casual que prácticamente no lo había reconocido.

–          Ahm ... ya estaba terminando - dijo Amber acomodándose un mechón detrás de su oreja. - ¿En qué  puedo ayudarlo?.

–          Sabe, llevo mucho tiempo en ésta  profesión y he aprendido a leer a las personas; sus verdades y falsedades y en éste  caso hay muchas piezas que no encajan. Por ejemplo, revisamos la cuenta de Facebook de Woodley y encontramos varias sesiones de chat entre usted y el difunto. - Amber asintió mordiendo su labio inferior, la nuca comenzó a escocerle. - ¿Podría explicarme como es que chateaba con un muerto?.

La falta de tacto del detective la desconcertó y abrumó a la vez.

–          Los muertos no hablan detective. Brandon nunca daba explicaciones y a mi menos que a nadie. Para mí como para todo mundo,  él estaba de vacaciones, no tenía porque pensar lo contrario. Así que, mi respuesta es que estuve chateando claramente con alguien que no era Brandon, si no con alguien que estaba vivo y que de seguro sabe mucho más de lo que puedo saber yo.- argumentó Amber sin la menor duda.

–          ¿Sabe que es lo que creo?. Creo que usted sabe lo que sucedió y que por alguna razón usted no se atreve a decir la verdad.

–          ¿ Y que le hace pensar eso? – preguntó la muchacha con voz temblorosa.

–          Estoy seguro que el nombre de Theo Blunt no le resulta ajeno. – dijo el detective y Amber no pudo evitar disimular su sorpresa. No era la primera vez que el detective lo mencionaba. Se leía a la legua en su expresión que se conocían y mucho. Amber abrió y cerró la boca pero al final no dijo nada. – Eso creí. – concluyó el detective Moore, dando por terminado el interrogatorio. – Por cierto, si milagrosamente recuerda algo, ya sabe donde hallarme. – dijo antes de marcharse y la muchacha lo siguió con la mirada en sumo silencio.

ACORRALADA [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora