Cap 24

4.1K 283 38
                                    






El estado de salud de Mel no avanza para bien y es algo que tiene a todos alarmados, al día siguiente pudimos verla y aun que intentó sonreír para nosotros fue en vano porque todo sabíamos lo mal que está.

Es increíble como todo pasa de estar bien a ser un completo desastre; como de estar en la gloria y dar un gran paso al mismo infierno. Al tercer día de internar a mi amiga mientras ella dormía el doctor me pidió que habláramos y fue algo que encontré muy extraño.

¿Quieren saber que tan mierda es todo esto?

El doctor me dijo que mi amiga le había pedido que si no sobrevivía al parto me pidiera que le diera mi apellido al bebe y lo cuidara como tal junto a David. Mi cara era un poema pero ella era mi mejor amiga y el simple hecho de aceptar que hay solo un 3% de probabilidades de que viva era mas que suficiente para sentirme fatal, pero es Melanie, no puedo simplemente negarme. Ella le dijo que solo me lo pidiera si las cosas salían mal pero el prefirió romper su promesa con el fin de que yo me preparara emocionalmente. ¨Ella es mayor de edad y sabe lo que hace, solo nos queda esperar¨ fueron las palabras del doctor antes de que yo me volviera a derrumbar.

Cuando volví a la habitación ella estaba despierta y al ver la tristeza en mi rostro y llegar junto al doctor dedujo rápidamente lo que pasaba. Movió la cabeza en forma de asentimiento y sus ojos se nublaron por una fina capa de agua salada, lagrimas.

Al llegar a casa ese día hablé con mis padres sobre lo que sucedía y ellos me apoyaron en cualquier decisión que yo tomara. Sus constantes preguntas sobre Alex me abrumaban y ya no sabía que excusa poner.

Y hablando de el sigo sin saber absolutamente nada, Anthony casi no me habla y hasta me evita en ciertas ocasiones como si hay algo que debo saber pero no es el quien debe decirme. Me he comunicado en varias ocasiones con Candice pero ella últimamente no sabe nada de el.


(***)

Esta era la tercera semana sin saber nada de Alex. Absolutamente nada. Todo  podía conmigo; la enfermedad de mi amiga, la ausencia de Alex, los exámenes finales...

Hace una semana fue el cumpleaños de Dylan y todas y  todas estuvieron allí excepto el. Todos notaron su ausencia y fue algo que mas para mi padre no pasó desapercibido ya que cuando me preguntó seriamente que sucedía solo me largué a llorar ya cansada y necesitada de un respiro, ni siquiera el pequeño Chester con sus ladridos o lenguetazos logró contentarme.

Melanie no daba ninguna señal de pronta recuperación y un amargo desenlace era lo que todos nos veíamos venir. El doctor le decía a sus padres que era cuestión de que llegara el parto para saber que iba a suceder pero eso no bastaba.

Volviendo a Alex, me había planteado firmemente que debía de hablar con el y era justo en la entrada de su departamento donde me encontraba, sostenía como las veces anteriores la chaqueta que había tomado el día que vió a Jhoanna y que prometí devolver al siguiente. Necesitaba un poco de valentía pero realmente no me importaba si el pensara que era inmadura o una desesperada, solo tenía claro que el debía de confesarme su postura ante la situación.

Toco tres veces con fuerza la puerta rogando porque esté aquí y no tenga que volver sin mas a casa como los días anteriores. Espero unos segundos pero no escucho respuesta y por tal vuelvo a repetir el mismo acto con un poco mas de fuerza. Escucho unos pasos acercarse  a la puerta y es justo ahí donde mis manos empiezan a sudar y me auto cuestiono si el venir aquí realmente fue una buena idea.

La melena castaña de Jhoanna revoloteada por todo su rostro es lo que me da la bienvenida. Ella me observa de arriba hacia abajo y tuerce ligeramente el gesto. Al abrir la puerta completamente veo como solo esta cubierta por una camisa de cuadros azules de Alex y en unas de sus manos sostiene una taza de un humeante café, por otro lado, el mismo viene caminando detrás de ella con el torso descubierto y restregándose los ojos en señal de que justo se levanta. Cuando su mirada avellana choca con la mía yo ya estoy lo suficientemente rota.

-Ela...- Mi nombre salir de sus labios es como una herida mas. ¿Donde quedó el que yo era la unica? o el ¿ya no siento nada por ella?. Me fijé claramente en como tragaba saliva con dificultad y en como sus pupilas estaban muy dilatadas.

-¿Por que, Alex?- Fue lo único que salió de mis labios. No quería saber la respuesta realmente, el simple hecho de continuar allí me hacía un daño horrible y el porque de su engaño solo acabaría conmigo mas rápido. Sin contestar desvió la mirada y puede ver como resaltaba una barba de unos días dándole un aspecto mas mayor.- Solo eso quiero saber, Alex.- Mis voz se quebró a ultimo instante y aun que debía de ser fuerte era casi imposible. Jhoanna había desaparecido del lugar quedando solo el y yo.

-No lo se...- Fue lo único que contestó. Yo tomé un fuerte suspiro y asentí en su dirección.

-Okey... se feliz, Alex.- Le entregué sin mirarle a los ojos la chaqueta y me fui a paso rápido de allí sintiendo el corazón latir con mas fuerza de lo normal. Mientras caminaba, tomé de bolsillo de mi pantalón mi celular y marqué el numero de José.

-¿Ela?- Contestó al segundo timbre.

-Si, soy yo. ¿Recuerdas esas vacaciones a Mexico que me regalaste el día de mi cumpleaños para una semana despues de salir del instituto?- Pregunto mientras con el dorso de la mano libre quito el resto de lagrimas de mi rostro e intento parar un taxi.

-Si, claro. ¿Que pasa?- Pregunta con un ligero tono de preocupación en su voz.

-¿Puede ser para un día despues de terminar las clases?-

EL PRÓXIMO SERÁ EL ULTIMO.

Cautivando a AlexWhere stories live. Discover now