Capítulo IV

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Alba finalmente, aceptó pasar la noche en la caverna. Jared pareció una persona bastante agradable e incluso se ofreció a dormir en el sofá para que Alba durmiera en la cama. Aún así ella no las tenía todas consigo.

Se tumbó en la cama y, acostumbrada al silencio, le resultó extraño escuchar la respiración de otra persona.

...

Alba se despertó con el sonido de una pistola disparando. Se levantó corriendo y se dirigió al lugar de donde provenía el sonido. Jared estaba de cara a la pared en la cual se encontraba un tozo cuadrado con tres círculos rojos. El chico abrió un poco los pies, sosteniendo la pistola con ambas manos y volvió a disparar. Alba estiró el cuello para mirar al blanco: la bala atravesó el círculo del centro. A continuación Jared se volvió y al encontrarse con la chica, Alba notó como una sonrisa tímida salía de los labios del chico.

-No quería despertarte. -Dijo Jared acercándose a Alba.

-Tranquilo. -Dijo nerviosa la chica. -No sabía que también disparabas.

-Nunca se sabe que te hará falta en el futuro.

Esa reflexión hizo pensar a la chica. Ella solamente cultivó y pescó, pensaba que con eso era suficiente.

-¿Te quedas a desayunar, Alba?

La chica pensó que lo mejor sería volver a casa pero una pequeña parte de ella le decía que se quedara. Quizá ya acabó su etapa en solitario y ahora tendrá que escribir un nuevo capítulo. Entonces después de mucho pensar, Alba sonrió y asintió.

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