--¿Crees que el papa de Harry si venga?-dije acostándome en la cama de Peter.
--El papa de Harry siempre está muy ocupado... Pero si su hijo le insiste creo que si vendría.
--Mi mama se puso algo histérica cuando vio las cosas, pensó que yo robaba o algo así. De cosa no llora.
Peter río, y lo vi hacer cosas en su extraña computadora.
--¿Qué haces Peter?-pregunté desde la cama.
--Nada, arreglo unas cosas.
--¿En serio no me vas a decir?-dije, apoyándome sobre mis codos.
--No te gusta cuando hablo de cosas inteligentes ¿Lo recuerdas no?
--Tienes razón.-lo jale del suéter que cargaba. Haciendo que prácticamente se acostara sobre mi.--Hablaste con tu amigo Peter.
--Si... Dice que el sábado 16 en la calle doce, sobre el edificio de DD.
--Un momento ¿Sábado 16? Ese día tomaré un avión a Atlanta temprano Peter, ¿No puede ser otro día?
--Hablare con él a ver si puede esta semana.
--Por favor-susurre.
--¿Quieren jugo?-preguntó May entrando a la habitación.
--Si...-dijimos los dos; nos dio unos vasos con jugos.
--¿Algún consejo para cuando hable con el?-pregunté.
--No trates de quitarle la mascara... Se pone algo sensible.
--Bueno; tampoco pensaba hacerlo. Ya que estamos juntos... Podríamos aprovechar y... ¿hacer la tarea no?
--¿Tú? ¿Haciendo tarea?
--No me culpes, jamás me había aburrido tanto.
--Oye...-se quejo.
--Tu cama es suave pero lo demás me aburre.-admití.-Podría quedarme dormida en cualquier segundo. ¿Por qué no hacemos alguna maldad?
--¿Qué? No, es más. ¿A quién?
--No lo sé... ¿Qué tal si salimos a caminar un rato?
--Después de hacer la tarea.
--Coño, yo y mi gran bocota, bueno; empecemos ya.-lo levante de un empujón.
Hicimos la tarea, y cuando digo hicimos, me refiero a que Peter hizo la tarea mientras que la señora Parker me traía galletas.
--¿Ya terminaste?
--Solo me falta la conclusión.-dijo, comenzando a mover su lápiz como siempre hacía cuando estaba concentrado.
--¿Ya?
--No.
--Ok..... ¿Ya?
--¡No!
--Bueno no me pegues.-dije.
--Ya.
--¿Ya?
--Si, vamos.
--No, déjame comer mis galletas tranquila.-dije, me miró levantando una ceja, tome todas las galletas y nos fuimos.
--¿Que haremos?-preguntó Peter después de unos minutos.
--No lo sé... Caminar, vamos a perdernos un rato.
--¿Estás segura?
--Bastante.-dije.
Lo jale de la manga de su suéter corriendo por las calles, chocando a personas mientras que comenzaba a llover y a hacer frío.
Después de tener tiempo corriendo, nos escondimos en un callejón para no mojarnos, riéndonos.
--¿Viste su cara?-dije, el comenzó a asentir mientras trataba de recuperar el aliento.
--Ya está anocheciendo...
--¿Y?-pregunté.
--Mañana hay clases.
--¿Y?
--¿Piensas faltar a clases mañana?
--No, pero tampoco pienso volver, anda, vamos un poco más, ni siquiera me siento perdida.-dije.
--¿Para qué quieres perderte?-preguntó comenzando a seguirme fuera de ese feo callejón.
--¿No sería divertido?
Se quedó callado por segundos.
--Admite que por lo menos, sería una noche diferente. Ten, una galleta:-dije dándole una de las que había metido en la cartera para no andar con ellas en la mano.
--Que este claro que nada más voy para no dejarte sola.-dijo, detrás de mí.
--Si, si, ¿tomamos el autobús?-pregunté; pero ya me había subido; así que se subió conmigo.
Comencé a tratar de sacarle el agua a mi cabello.
--Tenga.-dijo un chico tendiéndome un suéter.
Mire a Peter, y una idea apareció en mi mente.
--Peter... Es mi imaginación... ¿O el puede vernos?-dije, mirando a Peter con los ojos abiertos de falsa sorpresa. Tratando de que nos siguiera el juego.
--¿Puedes vernos?-preguntó Peter al chico, y su mano comenzó a temblar con el suéter que aún tendía hacia mi.--Mary Jane... Creo que es uno de los nuestros.
--¿Qué? ¿De qué hablan?
--¿Puedes ver muertos?-pregunté acercándome más a él.--O... ¿Tú también lo estás?
Gracias a Dios no había más gente en el autobús a ser por el conductor que no nos prestaba atención.
--Nosotros morimos ahí.-dijo Peter señalando el asiento donde él estaba.--Nos chocaron de lado, me aplastaron un pulmón, a ella se le reventó el cuello.
--¡Pare!-gritó el chico levantándose h corriendo hacia la puerta.--Quiero bajarme por favor.
El conductor abrió la puerta y lo dejo marcharse, comencé a despedirme con la mano, el chico negaba con la cabeza.
--Eres una cruel.
--¿Yo? ¿Qué hay de ti? Tú también seguiste el juego.-comencé a reírme al igual que el, pero de repente paro de reír mirando a todos lados alarmado.
