Café urbano.

50 3 2
                                    

Hace frío y se me congelan las ideas. De todas formas, me permito pensar en por qué no se ha presentado aquí hoy. Bueno, no es que esté preocupada pero acordamos en vernos hace media hora y él aún no llega.

 Le mando un mensaje. 

"Hola, ¿Está todo bien?. Te quiero." 

Una simple frase. Ninguna respuesta. 

Pero como siempre, estoy acá esperando a alguien que sé que no va a venir. Y si, no se puede esperar mas de él. Mi único problema es ese. Que espero demasiado de él. 

Una hora. ¿Dónde estás, Ulises?. 

El mozo me pregunta si me voy a pedir algo. Hace una hora le dije que estaba esperando a alguien. Debe de sentir lástima de mi, una mujer plantada en un café situado en el medio de la metropolitana. Siento que todas las personas de las demás mesas me están viendo, así que decido pedirle la carta educadamente. Aunque sea, un café me voy a tomar. Y si Ulises se digna a aparecer, juro hacerle pagar toda la cuenta. 

Tendría que haberle hecho caso a mis amigas, que me repetían una y otra vez lo mismo. "Ese chico te va a cagar, Ana""Vas a ver que a las dos semanas te deja". Bueno, fueron cinco meses. Y parece que este es el fin. 

El mozo parece entregarme el café en dos segundos. O es que lo hizo todo mas rápido para que yo no me sintiera mas mal. Abro mi cartera, pongo el libro sobre la mesa. "Ser feliz era esto" entra en mi mente como nubes en el cielo despejado. Pero no me puedo concentrar del todo. Lo sigo esperando, porque soy estúpida. Porque lo amo. 

¿Y si le pasó algo? O peor, ¿Si ya no me quiere?. Me prometió un siempre, no me voy a ir de acá sin un "Siempre". Sin nuestro siempre. Porque, por mas de todo lo que digan y hagan los demás a cuesta nuestra, ¿Quién lo va a amar como lo amo yo?, ¿Quién va a sentir esto que siento por él?. Él puede ser un estúpido, un haragán y todo lo que quieran. Pero es él. Y yo solo lo quiero a Ulises. 

Me termino el café y no me permito derramar una lágrima. Dos horas. Son las ocho de la noche. El cielo muestra su último destello, el sol se esconde abriéndole paso a las estrellas. Y a la luna. La que solíamos ver todos los días con Ulises. 

Preferiría mil veces que sea un día horrible. Pero parece que el mundo sigue su curso aunque yo esté derrumbándome. Llamo al mozo pero me arrepiento al segundo. ¿Y si se equivocó de hora y pensó que nos ibamos a ver mas a la noche?. "Tranquilizate Ana, quince minutos mas y listo. Si no viene, te vas" Pienso. Quince. Nuestros últimos quince para darnos una oportunidad. 

Vibra mi celular en la mesa. Juro que casi tiro el centro de mesa al suelo por la desesperación de prender el teléfono lo mas rápido posible. 

El mozo me deja la cuenta y se va. Le debo una buena propina por haberme esperado todo este tiempo y no echarme. 

Un mensaje. Ulises. 

"Si amor, estoy con los chicos. ¿Te pasa algo?"

Se olvidó. Pago la cuenta y me voy. 



This is not a diary.Where stories live. Discover now