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Corría a gran velocidad entre los callejones solitarios del barrio. Mantenía fija su mirada al frente y su rostro serio aguantando cualquier dolor de las heridas que Zelo le había logrado hacer.

Brincó entre las paredes hasta llegar al techo de una casa para evitar pasar por las calles principales. Siguió brincando entre ellas hasta llegar a la casa blanca que apenas se vislumbraba desde donde estaba.
Aumentó el ritmo hasta que se dejó caer al suelo a un lado cuidando de que nadie viera que salía ileso de una caída de tal magnitud.

Tomó el pomo de la puerta y sonrió al darse cuenta que Him chan lo esperaba al tener no tener seguro. Se adentró en la lujosa casa y fue que el choque del aroma embriagador de Yoongi lo golpeó fuerte. Arrugó la frente tensando todos sus músculos al volver a oler la sangre que aquel día le apetecía tanto.

Negó un par de veces y continuó su caminó hasta pararse frente a una blanca puerta en el fondo del pasillo del primer piso. Colocó su mano sobre la perilla respirando hondo y martirizado de que haya llegado tarde, entró.

El lugar estaba iluminado, era una réplica del laboratorio que logró ver en la casa de las a fueras de Gyeongju, sólo por unos cuantos metros más pequeña debido a la dimensión del cuarto, obviando seguía siendo bastante amplia. Siguió buscando hasta que su vista recayó en el hombre que tanto anhelaba ver.

Todo en su interior se quebró al verlo en ese estado, apretó sus puños furioso y sin mandar alguna orden a su cuerpo, sus piernas avanzaron a gran velocidad hasta caer de rodillas frente a él.

-Yo-Yoongi- balbuceó.

Lo mantenía igual de amarrado que en el laboratorio de la otra cosa: En la silla, con sus manos hacía atrás y sus piernas pegadas a los palos de madera. La diferencia es que Yoongi se mantenía entubado, con un respirador y un tubo que lo drenaba. Jimin podía ver como corría por el tubo la sangre.

Paso sus manos delicadamente por los brazos del grisáceo y pudo ver como su piel blanquecina fue dañada con miles de cortes, su rostro morado de los golpes que muy probable eran parte de la tortura. Así como el hueco en donde se colocaba el tubo, fue realizado a sangre fría con la cola del otro gul.

Aguantó sus lágrimas en los ojos y en cuanto reaccionó hizo a querer deshacer el nudo de los pies.

- Resiste, por favor - apretó sus ojos al darse cuenta que también fue herido en sus delgados pies. Lo único que agradecía con vehemencia era que ninguna extremidad faltaba.

- no creo que sea buena idea - la voz de Him chan llegaba hasta sus oídos como el peor ruido que pudo haber escuchado. - Me parece que te encuentras un poco herido.

Jimin detuvo su movimiento, subió hasta la frente de Yoongi y deposito un beso en ella. Vio el aparato que lo drenaba, alargó su mano apegandolo, sabía que todo tenía que ser de prisa o Yoongi moriría.

Se giró a Him chan apretando su mandíbula en busca de calmar su ira un poco.

- Uh, Todavía no termina. Necesito todo de él- le sonrió burlón - Has demorado mucho y tuve que divertirme un poco con él.

- Deja los juegos. Si no quieres morir ahorita debes de dejar que me lleve a Yoongi y perdonaré tu vida, sino atente a las consecuencias.- Him chan le esbozó una sonrisa que hizo que se le revolviera el estómago.

- Hm, no. - su expresión cambio a ser siniestra- ¡Vamos, Jimin, pelea con tu creador!- le gritó con soberbia.

- ¡Tú no eres nada!

Jimin se apresuró velozmente, le aventó golpes que Him chan entre risas lograba esquivar en ágiles movimientos. Dio uno más que fue atrapado por la mano de Him chan.

GUL」YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora