PlayBoy [Yoonkook-Yoonmin]

Que el juego comienze

                  

Se quedó ahí sin decir nada. ¿Lo habré logrado? ¿logré que me dejara en paz? Si es así tendré que mudarme a otro lado.

Mi teléfono empezó a sonar, es Jimin. Justo cuando estuve a punto de tomar mi celular Jungkook se lanzó contra mí dejándome indefenso debajo de él.

Cuando quise tratar de hablar, colocó su dedo índice en mis labios susurrando muy cerca de ellos. -Shh... déjalo que suene. No hay necesidad de hablar sobre esto.- su voz ronca y grave hizo que entrara en pánico. La voz dulce que inundaba mi cabeza se había convertido en una voz llena de lujuria.

No he parado de tragar saliva, mis manos sudan, estoy temblando, ¡¿Por qué coños me hace esto?!

- ¿Por qué estás tan preocupado? - sus ojos penetraron mi alma de tanta excitación que cargan.

No tengo palabras, sé que esto es un juego. Sí, sólo juega conmigo.

Traté de zafarme nuevamente de él con leve fuerza, pero mi esfuerzo fue inútil cuando se acomodó entre mis temblorosas piernas y su dura erección posaba contra mi entrada, no pude evitar soltar un leve gemido a la vez que arqueaba ligeramente mi espalda. ¡Joder! Está torturándome de la mejor manera posible, pero tendré que resistirme a sus dichosos encantos.

Comenzó a moverse lentamente penetrándome sobre el pantalón, éste se acercó jadeando para susurrar en mis labios.

- Está bien, está bien. Sé como te sientes, conozco tu corazón puro, pero está bien.- el ritmo lento de sus caderas concuerda con sus palabras. Bajó sus labios hasta mi cuello lamiéndolo y ascendiendo hasta mi lóbulo lo mordisqueó levemente. - Dime, ¿tienes algún secreto que contarme?-

Mi respiración se había acortado, estoy completamente frío, lo sé porque su piel arde y quema contra la mía.

¡Agh! Ya no puedo más, me tengo que entregar a él.

- ¡H-hazme tuyo de una puta vez!- gemí con la voz algo entrecortada pegando mi pecho hacia él, me aferré firmemente de su espalda halando su camisa, tratando de romperla en mil pedazos.

Sonrió de forma lasciva mordiéndose el labio inferior e instantes después atacó mi boca aumentando la velocidad de sus movimientos.

- Sabía que no ibas a cansarte de este juego. Sabes lo que es, ¿verdad?- afirmó en mi boca jadeando con la respiración más agitada que la mía.

Pude sentir como su erección se endurecía poco a poco sobre su pantalón. ¡Mierda! Lo quiero dentro de mi, ¡PERO YA!

Detuvo sus movimientos por un momento para tomarme por la espalda y me levantarme. Me recostó sobre el sofá tirando los cojines que estorbaban. Se colocó nuevamente entre mis piernas casi comiendo de mi boca desesperada mente.