Muchos seríamos capaces de volver a quién nos rompe.

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Say

Me apoyo en la encimera de la cocina de casa de Lena y me cruzo de brazos mientras la miro. Sonrío sin que me vea mientras ella se entretiene a limpiar los platos de la cena.

-¿No puedes dejar eso para mañana? -le pregunto divertido y ladea la cabeza solo para verme.

-¿Vas a lavarlos tú? -pregunta y frunzo el ceño mientras que inconscientemente niego con la cabeza- Entonces no, no puedo dejarlo para mañana.

-Pero me estás quitando mi preciado tiempo de estar contigo -digo refunfuñando como un niño. La escucho reír levemente como si realmente no quisiera que la escuchara reír por esa estupidez. Que será algo tonto lo que he dicho pero eso no quita que deje de tener su verdad. Eso sí, gran parte de mi está segura de que Lena siempre se toma todo esto a broma, aunque se ría. Y odio y amo eso al mismo tiempo. Odio que se crea tan poco, como si alguien no pudiese tener la sensatez de valorar y de disfrutar el tiempo con ella; eso es lo que odio en parte. Y lo que adoro es que siempre que digo cualquier gilipollez de esas, se ríe. Y en esos instantes, en los que dura la risa, es como si no hubiese nada en este mundo que le doliera o diese miedo, tiene la tonta manía de echar la cabeza hacia detrás -despeinándose- y, a veces, se tapa la sonrisa con una de sus manos dejando entrever entre sus delicados y tintados dedos, esos hoyuelos que cuando aparecen deseas que no lleguen a desaparecer en la vida. 

Lena es ese tipo de persona que te demuestra siempre tantas cosas en tan poco y eso la hace diferente al resto: tal tontería como cuando le hablas siempre lo hace mirándote con ese brillo en la mirada, como si lo que le estuvieras contando fuese lo más alucinante que ha oído en su vida. Tiene también la estúpida manía de tocarse cien mil veces el pelo para apartárselo y poder mirarte a los ojos y aunque eso, a veces, te ponga de los nervios, me encanta ver que solo necesita mirarte para hacerte sentir como en casa. Y si os soy sincero nunca había llegado a comprender eso; encontrarse en alguien o sentirse jodidamente bien al lado de alguien. ¿Nunca os ha pasado que llega alguien a vuestra vida y os hace sentir de tal modo que os dais cuenta de que en realidad habéis estado solos todo este tiempo? No sé cómo coño explicarlo pero si alguien en algún momento ha sentido eso sabrá de lo que hablo. Llega alguien que te hace sentir y ver el por qué nada había ido bien hasta ahora; y muchas veces la respuesta está en que debías esperar hasta esto. Que la vida es así, hay que pasar por cien putadas para poder disfrutar de algo que realmente te hace feliz y, cuando lo tienes, aférrate a ello con uñas y dientes aunque te arriesgues a sentirte perdido si lo pierdes. Yo me he sentido antes así y no duele tanto, supongo que a la larga aprendes a vivir con ello. 

-¿Eh? -escucho cerca mía y levanto la vista encontrándome de pleno a Lena. Frunzo el ceño y me sonríe levemente- ¿Me escuchabas? -pregunta y me muerdo el labio mientras que a su misma vez niego con la cabeza- Y yo que te estaba diciendo que me estaban entrando unas ganas tremendas de quitarme la ropa... -dice coqueta intentando aguantar la risa.

-Vaya -digo siguiéndole el rollo- Creo que realmente sí te estaba escuchando -disimulo de pena haciéndola reír. Se acerca aún más a mi acortando la poca distancia que nos queda y rodea lentamente mi cuello. Niega con la cabeza levemente porque tanto ella como yo sabemos que no la estaba escuchando- ¿Me estabas preguntando si podía echarte una mano con eso de la ropa? -digo divertido y me da un golpe en el hombro. 

-Te estaba preguntando si querías quedarte -susurra- Tonto -dice con una sonrisa en los labios.

-Depende -le digo poniendo mi mejor cara de pena- ¿Usarás tu pijama? -pregunto divertido porque estoy seguro de que no sabe por donde voy. 

-¿Qué pijama? -pregunta frunciendo el ceño. Le rodeo la cintura con las manos para que no se me escape.

-Exacto -digo subiendo y bajando las cejas intentando insinuarle. La escucho reír y vuelve a darme un golpe en el pecho- Tú misma dijiste que no usabas pijama, ¿recuerdas? -digo divertido y me coge de ambas manos para que la suelte- ¿Vas a no usarlo conmigo? -digo haciéndola reír. 

No quiero quererte...Where stories live. Discover now