No quiero quererte...

Te darás cuenta de lo mierdas que soy y te irás.

Lena

Me acerco, nerviosa, con una bandeja en las manos a la mesa de mi chico con miedo a interrumpir una conversación importante. Me obligo a sonreír por si Say me mira hacerle saber que todavía sigo aquí. Esquivo a un par de personas para poder llegar a ella y me detengo al ver cómo mi chico me señala sin ni siquiera mirarme. ¿Qué pasa?

-Ella jamás se habría ido -le escucho decir para después suspirar- Y yo no habría sido capaz de irme a ninguna parte -dice negando con la cabeza- y ahora mucho menos -señala hacia donde se supone que estoy yo. Su padre le mira fijamente- Yo no sé cómo quisiste a mamá pero si la llegaste a querer de la misma forma que yo la quiero a ella -escucho como le tiembla la voz mientras que a mi se me pone la piel de gallina al pensar que está hablando de mí- me daría absolutamente igual si Lena se va, si la pierdo, si se da cuenta de lo gilipollas que soy o se da cuenta de que no soy lo que merece; no me habría ido a ninguna parte porque la habría seguido esperando pero tú a la primera de cambio te vas como si a tu paso no estuvieras destrozándole la vida a nadie y papá... -dice llamando así su atención- A mí me la jodiste pero bien.

Se me resbala la bandeja cayendo así todo al suelo y llamando la atención de todo el mundo; ¿no había mejor momento en el que ser patosa? Levanto la vista, no, creo que no. Noto cómo me tiemblan las manos y me agacho a recoger la comida que se me ha caído e intento no pisar mucho todo el suelo mojado por el café. Noto como se acerca un chico de la cafetería y me ayuda a recoger todo el estropicio.

-Lo siento -digo en apenas un susurro.

-No te preocupes -admite con una sonrisa- Pasa muy a menudo -intento sonreírle pero me acaba saliendo una mueca rara que le hace reír. Me levanto con la bandeja en las manos y la acaba cogiendo- Ahora te traigo una nueva -asiento levemente y ladeo la cabeza para mirar como mi chico me mira. Le miro seriamente y después de negar levemente con la cabeza acabo dándome la vuelta y, me marcho.

Salgo por la puerta intentando buscar un poco de aire, camino sin saber qué hacer y al final me acabo sentado en el bordillo de la acera. Apoyo mis codos en mis piernas y escondo mi cabeza entre mis manos; ¿cómo puede ser tan gilipollas Say? Todo esto no ha sido buena idea. No lo ha sido. Si yo por un puto segundo tuviera la oportunidad de arreglar el pasado o al menos intentar recuperar todo aquello que siento que necesito para ser un poco más feliz, no dudaría en hacerlo, ni un solo segundo. No sé ni de qué me sorprendo, Say es así. Lo raro habría sido que Say le hubiese abierto los brazos y hubiese hecho como si nada. A veces siento que por mucho que haga, que por mucho que intente ayudarle a solucionar toda su mierda, él siempre va a encontrar el camino para que todo se tuerza todavía más. Y no debería afectarme, sé que no pero al final lo acaba haciendo porque soy yo quién termina comiéndose toda su mierda.

Me muerdo el labio nerviosa intentando no llorar, no es motivo para hacerlo pero... una parte de mi siente que todo esto nos viene grande y que al final, cualquier tontería de esta, va a hacer que todo se vaya a la mierda.

Noto pasos a mi espalda y ladeo la cabeza nerviosa sabiendo al cien por cien que si hay alguien detrás, es Say. Decido levantarme, lentamente, y girarme después de parpadear un par de veces para evitar llorar.

-¿Qué es lo que pasa? -le escucho decir mientras veo que hace un gesto con las manos. Niego con la cabeza- Nena -dice intentando acercarse pero levanto las manos para mantener las distancias, no quiero que me distraiga.

-¿Crees que esa es forma de hablarle a tu padre? -le pregunto sin más, ¿de qué me sirve irme por las ramas si al final voy a tener que decírselo? Me mira haciendo un gesto con los hombros como diciendo "me da igual". Niego con la cabeza y me muerdo el labio- Estás siendo injusto Say -admito- ¿Acaso tú no te merecerías una segunda oportunidad si la cagases?