Lo que comenzó como el primer año de preparatoria para Joyce Bennet, amenaza en convertirse en su peor pesadilla con la llegada de Douglas Cox -un sinónimo de problemas- a la ciudad.
Joyce está por descubrir que sus más grandes temores pueden hace...
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Portland, Oregón
Actualidad
"BIENVENIDOS A SU SEGUNDO AÑO DE PREPARATORIA"
Pude leer en la pizarra del salón de biología al entrar, con grandes y gruesas letras negras. Invitándonos a un año más en esta cárcel que recibe el alias de "escuela preparatoria".
Había un par de alumnos presentes en el aula, sin embargo aún era temprano, por lo que me tomé el privilegio de escoger el lugar que se me apeteciese y guardar uno a mi lado para mi mejor amiga. Mientras esperaba su llegada, me permití colocarme mis audífonos y reproducir música de Shawn Mendez, para que la espera no se me hiciera más larga y así fue como su melodiosa voz se adentró por mis oídos, justo como si estuviese junto a mí, cantándome al oído.
Poco a poco el aula se iba llenando de gente, pero sin rastro de mi amiga, lo cual comenzaba a preocuparme, ya que la profesora quien nos impartiría la clase de matemáticas no era nada más y nada menos que la profesora Harris, como se hacía llamar ella, pero entre alumnos —y a sus espaldas—, se le conocía como la profesora Nazi, debido a su estricto régimen no sólo a la hora de entregar trabajos o tareas, sino también a la conducta que todos debíamos mantener en clase, ya que su mano dura intimidaba a cualquiera y ni hablar de su estricto horario, ya que si no te presentabas al menos cinco minutos antes de comenzar su clase, ya no se te permitía la entrada y dado que justamente esos minutos restaban antes de que diera comienzo su clase y aún no llegaba mi amiga, comenzaba a mentalizarme para pasar la primera clase del día sola.
—Todos levántense de sus asientos, con sus mochilas en mano y pasen al frente del aula, les asignaré sus lugares —anunció con voz autoritaria la Nazi, haciéndose presente por la puerta del aula, seguida de mi mejor amiga, quien le hacía caras de desprecio a sus espaldas—. Dichos lugares son los que preservarán el resto del ciclo escolar y sin excepciones no habrá cambios, no me importa si con quien les asigne lugar no es su amigo, no se hablan, no se llevan bien, huele feo o cualquier excusa que me quieran inventar, no me importará.
Demandó, a lo que todos a duras penas y comenzando a tomarle desprecio a la maestra se pararon de sus asientos, incluyéndome y nos dirigimos al frente del salón con mochilas en mano, listos para el comienzo de lo que sería nuestra peor pesadilla durante un año entero a primera hora de la mañana.
—De seguro esta es la primera fase de su tortura hacia nosotros, no quiero ni saber cómo será cuando nos asigne proyectos o tareas —me susurró Carol Hall, mi mejor amiga, cuando me coloqué junto a ella al frente del salón.
—Estoy pensando seriamente en suspender esta materia con tal de no verle la cara cada mañana a primera hora del día —comenté yo, entre susurros para que sólo ella pudiera escucharme.
—Amiga, créeme que yo sería la primera en apoyarte si decides tomar esa decisión, incluso yo te acompañaría durante todo el proceso de esa difícil decisión —dramatizó Carol, haciéndome reír ligeramente.
