Capítulo 8

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"Lo tenía debajo, sus uñas enterradas en la espalda y de sus labios solamente salían gemidos con la palabra 'Frankie' en ellos".

Besaba su cuello y labios, mientras entraba y salía de su interior con cuidado.

Estaba a punto, podía sentirlo..."

Desperté por la alarma de mi celular, sudado, destapado y con un problema en mi pantalón del pijama.

"Caliente de mierda" me decía mi conciencia.

Agradeciendo al cielo por tener el baño dentro de mi habitación, fui rápidamente y abrí la ducha.

Me desvestí rápido, sintiendo como la presión que hacía mi ropa interior sobre mi erección matutina se iba de a poco.

Dejé que el agua casi fría fluyera por mi cuerpo, pero el mismo no quería responder a las implícitas órdenes de enfriarse, por lo que tuve que recurrir a mis instintos.

La necesidad de tocarme no me había llamado desde hace tiempo, pero ésta vez mis sueños fueron atacados por ella.

Mi mano se movía mecánicamente, y yo ahogaba los gemidos para que no me escucharan mis padres.

Seguí mordiendo mi mano libre hasta que llegué al orgasmo, limpiando con agua luego la zona.

Salí de la ducha con una toalla envuelta en mis caderas y con las mejillas sonrojadas.

Me vestí y bajé, mi mamá estaba acomodando la corbata de mi padre, al verme sonrió.

-¿Ya te vas?- Preguntó mi padre.

-Sip, debo ir por un amigo.

-Oh... Ese tal... ¿Gerald? ¿Cómo dijiste que se llamaba?

-Gerard. Gerard Way.

-¡Oh! Ese Gerard... Conozco a su padre.

-¿En serio? Wow... Padre querido, me tengo que ir.

-Hoy llegaré temprano, ¿Quieres que salgamos juntos? Hace tiempo que no tenemos un momento padre e hijo.

-Claro, me encantaría.

*

Caminé las 5 casas que me separaban de la de mi novio, aunque creyendo que se me haría difícil mirarlo a los ojos.

Golpeé la puerta y esperé a que Gerard saliera.

-Hola Frank.

Pero me abrió Mikey.

-Que hay Mikes... ¿Está tu hermano?

-Uh... Él se enfermó anoche, y dudo que quiera ir a la escuela... Pero puedes pasar a verlo si quieres. Aunque no me hago responsable si te contagias.

-Neh, me da igual si me contagio.

-¿Y tú no irás?- Enarcó una ceja.

-No lo sé... Tal vez no.

-Bien... Yo debo irme a buscar a mi novia para irnos, así que... Te veo luego.

-Adiós.

Entré a la residencia Way, dejé mi mochila en el sillón, pero saqué mi celular para guardarlo en mi bolsillo.

Subí las escaleras y recorrí el pasillo hasta la puerta de su habitación. Toqué dos veces, lo escuché toser y luego decirme un "pasa".

-¿Gee?

-¿Frankie? ¿Qué haces aquí?

-Buenos días para tí también.

-Buenos días... ¿Qué haces aquí?

El Hilo RojoWhere stories live. Discover now