Dieciocho

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Loki mantiene su promesa. Se queda esa noche. Se queda por un tiempo, a decir verdad. 

Thor lo arrastra con él alrededor de la ciudad como nunca antes, con una mano siempre sosteniendo su espalda baja. Pasean por el mercado marino y ven películas independientes en el teatro. 

En los días en que Thor trabaja, Loki se sienta silenciosamente en la mesa, bebiendo té herbal y escuchando por sus audífonos, ignorando al mundo. Loki compra un libro de poesía para Thor un día, uno de Pablo Neruda y frunce el ceño cuando Thor lo usa como pisapapeles. 

Ellos también tienen sexo. Mucho sexo. En la cama, en el sofá y en el mueble de la cocina.


We spent our darkest days howling at the moon // ThorkiWhere stories live. Discover now