36. Capítulo

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El profesor no había asistido, la directora entró y se excusó por el hombre diciendo que había tenido un asunto importante, algunos se alegraron y a otros simplemente les pareció una noticia sin envergadura y simplemente salieron de clases, mientras yo caminé entre los pupitres hacía Jules. Se veía fatal, su aspecto estaba desabrido y parecía que en cualquier momento lloraría, miraba su mesa llena de rayones mientras mordía su labio de manera nerviosa, me senté frente a ella y la analicé, Jules era alguien con vida, alguien que la mayoría del tiempo no se dejaba derrotar y era terca, aunque siempre albergaba un poco de terneza. Sonriente y batalladora, así solía ser la mayoría del tiempo aunque hoy por hoy parecía una excepción. Era obvio para mí que Drake era la causa de ello, habían tenido problemas y ninguno de nosotros había querido saber de qué se trataba.

—Jules— susurré poniendo mi mano suavemente sobre su brazo.

Tardó unos segundos en notar mi presencia, aún cuando la había tocado y le había dirigido la palabra, cuando lo hizo, rápidamente parpadeó e hizo una mueca como intento de sonrisa, su mirada se posó en mi, moribunda y débil.

— ¿Si?

— ¿Estás bien?— pregunté cautelosa.

Caviló, su mirada se dirigió hacía la ventana a su lado y cerró los ojos, respiraba de manera acelerada, fruncí el ceño.

— ¿Jules?

Abrió la boca.

—Oh Dios, no, no— repetí.

Tomé su hombro y cintura tan rápido como pude y la saqué del aula de manera apresurada mientras la escuchaba dar arcadas, aunque la entrada al baño parecía estar más allá de la galaxia, llegamos. Empujé la puerta y el primer cubículo que vi.

— ¡Está ocupado, estúpida!— gritaron.

—Oh, lo siento, lo siento.

Abrí el segundo cubículo junto con la tapa del inodoro y Jules lo dejó caer todo antes de su última arcada mientras yo sostenía su cabello.

—Tranquila— acariciaba su espalda, como si aquello fuese a hacerla sentir mejor.

El olor a lo que fuese que había comido esta mañana o el día anterior o cuándo fuese estaba llegando a mi nariz y estaba comenzando a hacerme sentir nauseabunda, no era la persona más de ayuda en estos casos.

— ¿Quieres que te lleve a enfermería?— pregunté.

—No— dijo.

Tomó un gran suspiro y pasó su antemano limpiando los restos del vomito, recogió su cabello en una gran coleta y salió directo a los lavabos.

— ¿Tienes una menta?— preguntó mientras lavaba su cara.

—Eh— traté de recordar— No lo sé, tal vez sí, ¿qué has comido?— pregunté.

Pasó sus manos por su cara repetidamente.

—Bebido— aclaró— He descubierto que el Whisky no se me da muy bien.

— ¿Has bebido?— pregunté con el ceño fruncido.

Asintió y se colocó sus manos en el lavabo, respaldándose en él.

—Drake— dijo.

Algo en mi mente susurró ''Lo sabía''.

—Hemos cortado— dijo detenidamente, como si aún no tratara de asimilarlo.

Estaba cabizbaja, por lo que su expresión era difícil de verse, lo que sí puedo afirmar, es que el dolor en su voz era indiscutible.

— ¿Por qué?— me atreví a preguntar.

Tóxico©Where stories live. Discover now