Deberíamos...

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-Ally, deberíamos cambiarlo. Pobrecito, ¿por qué tiene que ponerse esta cosa rosa?

-Porque me lo dio mi tía de regalo y quiere una foto de Steve con eso puesto. No te cuesta nada, lo sostienes cinco segundos, le saco la foto y no vuelve a usar eso nunca.

Arthur sonrió y besó a su hijo en la frente.

Ally sonrió enternecida antes de ponerse los lentes y tomar la cámara de fotos.

-Ay, niño, pobre, la madre que te ha tocado...

Arthur se volteó haciendo una mueca infantil y riendo mientras Ally enrojecía de rabia.

-¿Cómo dices?

Él se acercó a ella y le plantó un profundo beso.

-Digo que te amo. Me haces ser la persona más feliz del mundo entero.

Ally sonrió y lo besó suavemente.

-Te amo.

Arthur abrazó a su novia sin soltar al bebé. Lo único que esperaba era no tener que ser el encargado de decirle a la tía de Ally que el bebé era un chico y no una chica.

Ally suspiró y apoyó su barbilla en el hombro de él.

-No entiendo...-Murmuró.

-Tampoco yo. ¿Por qué tu tía creyó que Steve era una niña?

-No eso, tonto. Es que... Obsérvalo. Es sencillamente perfecto. No entiendo por qué alguna madre querría separarse de su hijo.

Arthur suspiró.

-Helena cometió una estupidez al irse y dejar a Maisy. Además estaba embarazada, no sé qué se supone que...

Ally escuchó el teléfono.

-Regreso en un segundo.

Salió del cuarto. Arthur miró a su hijo y se sentó. Suspiró profundamente. Era cierto lo que Ally decía. Helena no podría haber dejado a su esposo y su hija solos... ¿Qué habría pasado?

Ally volvió con el rostro sombrío.

-Arthur... Tenemos un gigantesco problema.

-Ay, no. ¿Qué pasa?

-Pasa que Helena dio a luz.

Arthur sonrió.

-¿No es genial? Así tendrá que ver a Will...

-Ese es el problema. No quiso verlo. El niño... Nació en el hospital y Helena se marchó, dejándolo allí. Ahora no hay nadie que pueda decirnos dónde está.

***---***---***---***---***

Sólo por si a alguien le interesa saber cómo fue el día del pobre Will, aquí va.

Se levantó temprano.

Se levantó es un decir, porque no dormía, no desde que ella se había ido.

Miró el calendario. Su hijo debía nacer los primeros días de septiembre. Tal vez un poco antes. Muy poco. Si tan solo Helena no se hubiera marchado...

Una punzada de dolor le apareció en el pecho. Como si su corazón fuese a desgarrarse.

-Ay, nena.-Susurró entre lágrimas mirando las hojas de los meses anteriores que estaban en la basura.-¿Por qué te fuiste? Te amo...

Se acomodó contra una pared y cerró los ojos.

Un pequeño lago se formó a sus pies.

Sin ella, la vida no valía la pena. El único motivo que lo ayudaba a seguir adelante con su vida era Maisy. Su hijita.

Narcisos para Emma (Continuación de "Junto al río Támesis") [Grintson]Where stories live. Discover now