Capítulo 43

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-Marie Verna Dallas- la voz de mi madre se hizo presente en el silencioso y algo estrecho lugar, provocando que despertara de mi acogedor sueño.

-No. Las cortinas no- refunfuñé entre dientes con la almohada sobre la cara cuando pude distinguir que ella se dirigía hacia las cortinas para abrirlas.

-Lo siento pero vas a levantarte- tomó ambos extremos y abrió ágilmente las cortinas, permitiendo que la deslumbrante luz del sol mañanero se filtrara por la ventana. Maldije en lo bajo sólo para mí, logrando que ella no pudiera escucharme.

-Necesito saber ¿por qué últimamente sales tanto sin pedir permiso? ¿Acaso se te olvidó que aun eres menor de edad y vives bajo mi techo?-

-Lo siento, mamá-

-No. Lo siento, no. Los adolescentes de hoy en día acostumbran a decir 'lo siento' a todo, creyendo que se las arreglan con esas simples palabras. Pero no.-

-Mamá, sabes que siempre estoy con la chicas o haciendo cosas importantes en el centro de la ciudad- resoplé cambiando la posición de la almohada para que me tapara mejor del sol.

-No. Últimamente no sé si haces eso que dices o sales con ese tal James- retiró un poco la cobija y se sentó a un lado de la cama. -Marie, me preocupa demasiado la mucha confianza que le has dado a ese chico. Tú misma me dijiste todo lo que él era, todo lo que se decía de él-

-Sí, tal vez todo sea verdad. No eran comentarios, era la realidad. Pero él también es un buen chico, conmigo lo es. Y estoy segura de que él puede cambiar-

-Obviamente va a ser lindo contigo, le conviene. Pero dime ¿Ya has visto cómo se comporta con las demás personas? ¿Con su familia? Además ¿Estás segura de que él quiera cambiar? Y si es así, es algo totalmente complicado, no es así de sencillo, Marie. No dices va a cambiar y cambiará. No, no sirve de esa manera.-

Retiré la cobija y la almohada de mi cuerpo, sentándome con la espalda pegada a la cabecera de la cama, quedando de frente a mi madre.

-Es la misma persona conmigo como lo es con los demás. Lo he visto interactuar con su hermana, madre e incluso varios amigos. Es solo él- aclaré. Todo lo que decía era verdad. Él siempre ha sido él mismo, estando solo conmigo o con más personas a nuestro alrededor. La única vez lo vi ser alguien muy diferente fue cuando yo estaba con Andrew, y él llegó a sentarse junto a nosotros. Pero a su defensa no estaba en sus cinco sentidos.

Eso no era bueno, y yo lo sabía. El tipo de personas como él son peligrosas. Pueden ser personas totalmente normales pero en el momento en el que consumen algún tipo de droga o alcohol, se convierten en monstruos que no pueden ser controlados, y creo que eso lo supera todo.

-Y no. Realmente no sé si él desea cambiar. O si al menos lo intentó, pero de alguna manera creo que yo podría ayudarlo- confesé mirándola directamente a los ojos.

-Estás siendo una niña muy ilusa, Marie. Ya tienes casi 17 años, deja de creer en cuentos de hadas. No puedes hacer cambiar a esas personas, al contrario, ellos te harán cambiar a ti- se levantó de golpe, para luego caminar de un lado a otro. -Eres de una buena familia. Te críe con unos buenos principios. Eres una persona íntegra y muy bien formada. Últimamente no se ve eso. Me enorgullece decir que eres mi hija, Marie. Y no sé qué haría si te dejaras influenciar por ese tipo de conductas. Esas personas nos son buenas compañías-

Odiaba que las personas siempre pensarán que yo era alguien débil y controlable. Que no tenía la capacidad suficiente para hacer algo grande por alguien. O simplemente que nunca llegaría a ser alguien importante o especial para alguien más.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora