Capítulo 37

7.7K 647 46
                                    

Max.

La vi desplomarse en el suelo, sangraba tanto que daba miedo. Los paramédicos llegaron, a lo mejor Harry los llamó, algo de lo que me alegro.

-¡Tiene una hemorragia interna! —gritó uno de ellos.

Traté de cubrirla un poco, estaba desnuda delante de ese enfermo, a penas controlo mi ira. Ayudo a colocarla en la camilla y salen rápido con ella, sólo rezo para que esté bien. Después de un mes sin verla tener que presenciarla en este estado fue una pesadilla, si no llega a sobrevivir, ¿qué sería de mí sin Leona? Gracias a Dios que logré llegar a tiempo, ¿Cómo? Ni yo mismo sé, cuando Harry me llamó salí corriendo al aeropuerto a tomar el primer avión que volara a Boston.

Me percato de que Alfred aún sigue con vida y la rabia recorre mis venas. Lo levanto bruscamente y lo siento en la misma silla donde creo que estaba Lena. Maldición, le había disparado en una pierna.

-Debiste matarme de una vez por todas —dijo.

-Tienes razón, pero no te iba dejar morir tan fácilmente cuando lo único que hiciste fue provocar dolor a la mujer que amo y a su familia, descansarías sin sufrir, ¡ESO NO SE LLAMA JUSTICIA! —le pegué un puñetazo y lo tomé del cuello—. Pagarás con cada segundo que vea que respires el daño que has causado.

Ríe— ¿En serio quieres jugar al héroe? Seamos más cuerdos. ¿Maximus? Así es que te llamas, ¿verdad? Ya no habrá nada que recuperar de ella, nada. Mandé a la mierda su relación —comenzó a toser—. Creía que las instituciones de inteligencia no habían personas traicioneras o que recibieran soborno, pero me equivoqué —sonrió, su dentadura estaba teñida de rojo por la sangre—. Pueden caer a los pies de cualquiera que le ofrezca billetes.

Le di otro puñetazo.

-Escoge muy bien tus palabras antes de hablar, gusano —gruñí—. ¡JAMÁS! Escúchame bien, ¡JAMÁS EN TU MISERABLE VIDA ME VERÁS VENDER LA SEGURIDAD DE NADIE! Morirás con un disgusto, porque todo lo que una vez planeaste, te salió mal.

-Tal vez no del todo, porque mi sobrina fue mía antes que tuya —le di un puñetazo—. Quizás tú no traicionarías, los que te rodean sí —a penas hablaba—, pero cuando una mujer guarda rencor hace muchas cosas, trata de salvar lo poco que queda de amor en Leona, a ver si puedes.

Comencé a golpearlo de tal manera que me ardían los nudillos, pero no prestaba atención, el enojo que sentía era tan grande que no descansaría hasta verlo morir, con mis propias manos lo acabaría. Cabeceaba inconsciente, su rostro estaba manchado de sangre. Al levantar mi puño me había dado cuenta de que ya no respondía. Había matado a Alfred. Lo tiré al suelo y cayó como saco de papas. Mi respiración era irregular, traté de relajarme un poco para dar cabida a la información que me había dado. Llega la policía y se lleva el cadáver cubierto por una sábana blanca, doy unas cuantas declaraciones y listo. No tengo que dar muchas explicaciones, ya ese bastardo había dado demasiados problemas, por fin algo de paz de ahora en adelante. Harry apareció corriendo por la puerta.

-Señor, ¿todo bien?

-Sí, Harry, estoy algo enojado contigo por haber dejado a Leona cometer semejante locura sin avisarme.

-Lo lamento, señor, pero la señorita Fitsher no quería involucrarlo en esto, o al menos eso me dijo, sé que por parte todo esto fue mi culpa.

-Descuida Harry, te entiendo, Leona es muy terca, hay que dejarla cuando toma desiciones. Al menos me llamaste, no sé cómo demonios llegué tan rápido aquí.

Bajo Las Alas De Un Soldado©Where stories live. Discover now