Capítulo 2

627 27 0
                                    

ALEC EN MULTIMEDIA

Ayer fue nuestro primer día de clases y fue bastante bien, excepto por los dos playboys.

Hoy empezamos un nuevo día. Sin ganas me levanto.

Como siempre me dirijo a mi closet y elijo unos shorts tiro alto azules, mi camiseta favorita de nirvana y mis vans negras.

Hoy extrañamente hacía calor.

Voy hacia el comedor para desayunar y como siempre saludo a Chace que se encuentra con su celular.

-Buenos días hermanito. -digo amable.

-Buenos días -dice sin apartar la mirada de su celular.

Molesta se lo quito de las manos para ver que lo tiene tan concentrado. Miro la pantalla del chat y encuentro el nombre de Luck Roland.

Frunzo el ceño al ver con quien habla.

-¿Porqué le hablas a este idiota? -digo obviamente enojada. Él al ser de los populares sabe lo que pasó conmigo y los dos hermanos ayer. -Sabes perfectamente que sucedió y aún así le hablas...

Le debuelvo su estúpido celular, cojo el mío junto a mi mochila y salgo de la casa.

No quiero ir en coche y menos con él. Así que opto por ir a pie para aclarar mis ideas.

Aver, es normal que mi hermano, siendo del equipo de fútbol americano haga nuevos amigos. ¿Pero justamente tiene que ser uno de los imbéciles que ayer se me había insinuado?

Que idiota.

La verdad es que los chicos no están nada mal, es decir, soy chica y me fijo en el físico, que pecado sería no hacerlo, pero sumándole la idotez y la arrogancia se me olvida que tienen cuerpo de dios griego.

Casi estoy llegando a la escuela cuando siento los pasos de alguien que se coloca a mi lado. Giro la cabeza para ver quien es y me encuentro con nada más y nada menos que Luck Roland.

-Buenos días princesa. -dice él dándome una sonrisa.

-¿Qué quieres idiota? -le respondo de mala gana.

-¿Uno no puede saludar a su amiga?

-No, porque no somos amigos, así que... -acelero mi paso. Pero como este chico mo se cansa, lo hacelera también.

Llegamos a la escuela y la gente me mira como si fuera un bicho raro. Las chicas me dedican miradas de odio, los chicos miran a Luck con cara pervertida.

¿Pero qué?

De repente escucho unos cuchicheos.

-Seguro que ya ha caído en sus redes la muy zorra.

Freno en seco y giro para ver que estúpida me ha llamado así.

Veo a quien más me esperaba ver: Brianna Silver.

-Mira estúpida, que tu seas una zorra que se entrega a cualquiera no significa que yo sí. Pero porfavor, ¿quien te crees tetas de silicona? Además con este imbécil no se mete ni tu puta madre.

Vale, creo que me pasé.

3, 2, 1... JAJAJAJAJAJ

Se lo tenía bien merecido.

De repente siento mi mejilla arder. La muy idiota me ha dado una cachetada.

La cojo de los pelos y le arranco una extensión, ups.

Justo cuando me voy a abalanzar hacia ella unas manos en mi cintura me detienen.

Me giro y veo al otro hermano Roland, Alec.

-¡Suéltame pedazo de imbécil! -le grito.

-Tranquila gatita. -Me dice Alec.

-NI TRANQUILA NI MIERDAS, A MI NADIE ME LLAMA FÁCIL, ¿ENTENDIDO?

Me deshago del agarre del Roland y me voy corriendo hacia la cancha para sentarme en la gradas.

Sin previo aviso se me escapa una lágrima.

Todo pasó hace dos años, cuando tenía quince.

Estaba de novia con Brian un chico muy guapo por el que estaba coladita.

Una noche nos estábamos besando y la cosa fue a más.

Yo todavía era virgen y él me pregunto si estaba segura. Le dige que sí por pura tontería, pues no me sentía a gusto.

Me arrepentía segundos después pero lo dejé pasar.Lo hicimos.

Al día siguiente todos me miraban como si fuera la mierda más grande.

Brian le había contado a todos que me había entregado a él como todas y yo me heché a llorar.

Sufrí mucho aquel año. Estube un mes sin asistir a clase, un mes perdiéndome exámenes y demás.

Todos me llamaban zorra, cosa que estaba segura que no era.

Había perdido una de las cosas más preciadas para mí, con un chico que solo había hecho una apuesta con sus amigos.

Bueno, y esta es mi historia.

No me doy cuenta pero estoy sollozando muy fuerte, sacando todo lo que tengo dentro de mí sacando la rabia guardada por estos dos años.

Comienzo a gritar para librarme del mal que contiene mi cuerpo.

Veo como Luck y Alec se hacercan preocupados a mi.

Los dos, sin previo aviso me abrazan y yo me siento tan mal que sollozo pegada a ellos.

No me puedo creer que esté mostrando mis sentimientos a dos chicos que no conozco...

Dejo de pensar y sigo sollozando.

Solo espero que no me jueguen esto en contra.

Malditos pero benditos Roland.

Dos Playboys, Una AliceOnde histórias criam vida. Descubra agora