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Cuando sus padres y María volvieron encontraron Martha en la cocina, preparando algo para cenar.
- ¡Hola! - dijo ella como si fuera nada.
- ¡Mamiiii! - gritó María corriendo hacia su madre que la abrazó con las manos sucias de harina.
- Princesa, ¿todo bien?
- Si, mami.
- Muy bien. Vamos a ducharte, acabaré después aquí - miró sus padres que seguían mirandola sin palabras con una cara sorprendida, pero sonriendo.

****


-¡La cena ha sido espectacular! - le dijo su padre después de comer.
- Si nos hace comer tanto todos los días engordaré - siguió su madre.
Martha sonrió, sus padres intentaban de animarla un poco.
- Serías estupenda con unos quilos más - dijo su padre a su madre, acariciandole la mano sobre la mesa. Su madre sonrió como si fuera una chica de dieciséis años con su primer amor. Y eso era Paulo por Graciela, su primer y único amor. Martha los miró sonriendo, le gustaba ver como sus padres eran felices y como se amaban después de tantos años casados. Por un momento había pensado que ella también podia tener una vida así. Pero las cosas era diferentes.

Se levantó para poner los platós en la lavavajillas antes que la tristeza volviera a poseerla. Su madre apareció en la cocina unos minutos después.
- ¿Todo bien?
- Si, mamá.
- Pensaba que te hubiera puesto un poco triste ver tu padre y yo así...
- Enamorados?
- Bueno, si - se ruborizò un poco.
- Mamá lo que tenéis tu y papá es precioso. No os preocupéis para mi.
Graciela la miró poco convencida, al final eran meses que pasaba todo su día en la cama.
- Vale - siguió Martha - Se que en estos meses he sido deprimida, pero ahora estoy mejor. Yo también tengo mi grande amor. Me ocuparé de María. No quiero saber nada de hombres, seremos sólo nosotras. Encontraré trabajo, un piso pequeño. Todo saldrá bien.
- Hija, estoy muy contenta que digas eso, pero ten cuidado. Amar tu hija es lo primero, pero ella algún día se irá por su camino. No apartes lo que eres, sigue con tus sueños u cuando ella se irá te quedarás sin nada.
- No puedo permitirme de pensar en esos estupidos sueños, tengo que trabajar, no podemos estar aquí para siempre.
- ¡Martha siempre hay el tiempo libre! Y no todos los hombres son iguales. Por ejemplo, el nieto de nuestra vecina es un chico muy educado y atento.
- Si, claro. Encantador - dijo ella con sarcasmo - Hoy lo encontré en la terraza mientras tomaba el sol y...
- Has subido a tomar sol? - su madre estaba muy sorprendida.
- Si, pero no es eso el punto. El punto es que me preguntó como estaba después la separación - la miró cerrando la lavavajillas - Por favor mamá, no vayas por ahí contando mis cosas. Ha sido humillante.
- Yo no voy contando tus cosas por ahí, no soy una cotilla. Solo hablé con la señora de enfrente porque...
Fueron interrumpidas por el timbre. Sintieron Paulo hablar con alguien y después llamar Martha.
- Este chico quiere hablar contigo - dijo mirandolo con desafío y preocupación.
Martha vio el nieto de la vecina mirarla desde la puerta - Hola - dijo el tímidamente.
- ¿Que quieres? - preguntó ella bruscamente. Él no le gustaba, nisiquiera lo invitó a entrar.
-Mira, quería pedirte disculpas por hoy. A lo mejor fui un poco insensible...
- Lo fuiste - lo interrumpió.
- Ehmmm si, eso. Sólo quería disculparme. A veces empiezo a hablar y no consigo pararme y...
-Vale - cortó Martha - ¿Algo más?
- En realidad, si. Quería invitarte a cenar conmigo una de estas noches, mañana si quieres.
- Mira...
- Alejandro.
- ...Alejandro, no te preocupes. No necesito tu piedad. Te has disculpado, es suficiente. Ahora va y sigue con tu vida - cerró la puerta y se dio la vuelta. Su padre la miraba sonriendo, mientras su madre la miraba con reproche.
- No me mires así mamá. He dicho que no quiero saber nada de hombres.
- Una cena no te habría matado.
- No quiero - dijo antes de irse a su cuarto a jugar con María.
- Dejala, cielo. Está empezando a levantarse solo ahora. Necesita tiempo - djo Paulo a su mujer.
- ¡Quítate esa sonrisa! - lo reprochó ella.
- No puedo. A pesar de todo ella es lista y fuerte. Además, no quiero que salga con el primer chico que encuentre, no quiero que otros la lastimen más.

La fuerza de tus palabras (Editando)Where stories live. Discover now