Capitulo 37

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El fuego crepitaba en la chimenea manteniendo sus cuerpos calientes, James acariciaba la mano de Celeste sentado a su lado mientras está seguía inconsciente.

—Gracias tío Charlie.— susurro Rose recibiendo agradecida la taza de chocolate caliente, a su lado Colton se agazapó más entre la colcha y observó a Celeste aún dormitar.

—Ahora sí pueden decirme, ¿qué les pasó?— el pelirrojo los miro con rudeza dándoles una amenaza clara de que no aceptaría mentiras, había atendido las quemaduras de Colton y había tratado de curar la herida en la cabeza de Celeste.

—Un dragón nos atacó.— susurro Rose.

—¿Dónde?

—En las colinas más allá de las afueras del cañón de Londres, tío ¿qué hacía un dragón ahí? Era un cola cuerno húngaro.— afirmó James volteándolo a ver.

El hombre se estremeció.

—Estamos teniendo problemas con dragones.— respondió simplemente encogiéndose de hombros.

—Tío Charlie si tú quieres que seamos honestos lo justo es que tú también lo seas, porque ese dragón se transformó en una mujer.— el hombre se tensó considerablemente antes de ponerse de pie y revolver sus cabellos pelirrojos con la mano.

—Se transformó en Gemma Hoskins.

—Bueno, se los diré pero esto no sale de aquí ¿está claro? Se armaría un escándalo si esto se sabe. Muchos aurores están desapareciendo por todo el mundo y aparecen transformados en bestias, ¿se acuerdan de Dean Thomas?— inquirió.

—Si, es el padre de Seamus ¿qué tiene?

—Fue transformado en un hipogrifo.

•••

—¡Déjame en paz Albus!— grito Catalina antes de propinarle un manotazo en la mano, Albus chillo adolorido.

—Escúchame por favor, yo no la quiero.— replicó revolviendo su cabello azabache.

—Pero bien que la besaste.

—¡No, carajo, te dije que ella fue la que me besó y no alcance a apartarla cuando tú llegaste!— chillo.

Catalina lo ignoro rotundamente y aumento el paso aún con lágrimas cayendo por sus mejillas las cuales limpiaba casi con violencia por la furia, ¡Se había besado con esa rubia oxigenada! Su mente casi grito de coraje, no era justo.

—¡Gaunt!— volvió a gritar y eso le hizo detenerse en seco.

—¡¿Qué quieres?!— chillo furiosa.

—¡Te amo!

Catalina se quedó paralizada en su lugar antes de voltearse a verlo boquiabierta. Albus estaba parado a dos metros de ella con su rostro sonrojado y lágrimas inundando sus ojos.

—¿Qué?— inquirió en un susurro dando un paso hacia él.

—Amo tú sonrisa.

—Amo tú voz.— respondió ella, él sonrió y se limpió las lágrimas dando un paso hacia ella.

—Amo tú cabello, amo tú terquedad, amo tus desplantes, amo tus ojos y amo ¡maldición! Te amo a ti más que a nada.— Catalina sonrío entre lágrimas antes de comenzar a caminar hacia él.

Albus sonrió también caminando hacia ella antes de que ambos corrieran y ella saltará a sus brazos, el azabache la tomo en brazos abrazándola con fuerza.

—Te tardaste demasiado.— susurro la pelirroja antes de apartar la cabeza de su cuello y mirarlo, entre risitas nerviosas le limpió las mejillas.

—No mi amor, tú te tardaste demasiado en aceptar lo que sentías por mí. Te amo Catalina.— él le sonrió mientras ella acariciaba sus mejillas.

—Te amo Albus.— respondió con las mejillas sonrojadas.

—Voy a besarte.— advirtió.

—¡Si maldita sea!— chillo contenta antes de ella misma estampar sus labios contra los suyos.

Casi ronroneo de satisfacción antes de que él le siguiera el beso colocándola suavemente contra la pared para apoyarla y así con su otra mano tomarla del cabello en un puño para que no se apartara, Albus gimió antes de besarla con mucha más pasión.

—Si Colton me viera tenerte de esta manera me golpearía.— dijo con voz ahogada contra su boca.

—Eso ni lo dudes.

Ambos se miraron a los ojos y rieron antes de besarse de nuevo.

                                 •••

Colton se rasco la cabeza antes de mirar a los lados y estornudar.

—¿Estás bien?— inquirió Rose preocupada volteándolo a ver.

—Creo que alguien esta hablando de mi.— dijo rascando su cabeza, James se rió del otro lado.

—De seguro mi hermano debe de estar empotrando a Catalina y debe estar pensando que lo matarías si lo vieras.— comentó entre risas como quien no quiere la cosa, Rose soltó una risita mientras Colton fruncía el ceño.

—¡Eso no es gracioso!— replicó de mal humor.

—Si lo es, deberías de ver tu cara.— insistió el castaño entre risas.

—La misma que pondrás tú al saber que seguramente Scorpius le está metiendo mano a Lily.— alegó con sorna ganándose una mirada asesina de parte de James.

—¡Lily es muy pequeña para hacer eso!

—Tiene doce años, tú a esa edad ya habías dado tu primer beso.

—¡No es lo mismo, yo soy hombre y no bese a una niña de mi edad bese a una de quinto y fue una apuesta que hizo esa loca aprovechada!— grito quizá más fuerte de lo necesario ganándose respingos en todo mundo.

—¡Cállense y dejen dormir!— chillo Celeste colocándose una almohada en la cabeza.

—¡Tú no entiendes Cel!...¡Celeste!— grito James emocionado al ver a la pelirroja despierta, la abrazo con emoción mientras Celeste murmuraba maldiciones en voz baja.

—¿Una chica de quinto te dio tu primer beso cuando tenias 12 y fue por una apuesta? ¿Quién fue?— pregunto Rose agazapándose en su colcha.

—Déjala dormir Potter lo la estrujes y habla.— dijo Colton mirándolo con atención.

—Sarah Gilbert. La maldita loca me hizo hacer una apuesta con ella y no me dijo el castigo, perdí y acabe teniendo que darle un beso, corrí pero ella me atrapo y me obligó a besarla. Aún era muy inexperto y no quería besarla aunque sé que ella era hermosa, y así fue.— contó, Colton y Rose se miraron antes de voltear a ver a James quien se sonrojó.

Que sorpresa pensaron antes de mirarse cómplices, quien diría que el primer beso del castaño tiquismiquis había sido obligado.

Si tienen oportunidad vayan a mí muro, publicare una nueva historia llamada "El diario de Gabriel" espero y les guste.

Ella será mi pelirroja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora