Capitulo 62 (FINAL)

3K 133 3
                                    

Celeste se lanzó profesando un grito hacia Leila quien trató de retroceder sin éxito alguno, chillo cuando la pelirroja le cayó encima antes de que las dos se fueran rodando entre rasguños y cachetadas, estaban cubiertas de pintura permanente y otros líquidos de dudosa procedencia que la pelirroja le había lanzado a su archienemiga, por supuesto Celeste terminó cubierta por estar en constante piel contra piel con la chica entre la pelea.

—¡Suéltame maldita pelirroja!— gritó Leila antes de lloriquear cuando recibió un rasguño de parte de Celeste.

Celeste se apartó saltando hacia atrás para caer de pie, sacó un Kunai de su bota y comenzó a hacerlo volar en círculos con una expresión diabólica en el rostro. La pelirroja sopesó sus opciones, no quería matarla pero tampoco quería dejarla ilesa. Dándole una última vuelta la señaló con el mango de su arma antes de con un fuerte movimiento darle con este en la cabeza a Leila dejándola inconsciente. Sacó una soga de uno de los rincones y comenzó a atarla antes de colgarla boca abajo en un tubo.

—¿Alguna razón para haberla colgado como pollo apunto de cocinarse?— inquirió Rose apareciendo junto con James y Colton, la pelirroja volteo a verlos y solo así se percataron de que su rostro no solo tenía pintura sino que también sangre.

Ellos gritaron espantados antes de que Celeste se limpiara el rostro con su mano antes de señalar hacia una esquina donde habían 5 sujetos inconscientes con cortes en los brazos y piernas, voltearon a ver de nuevo a la pelirroja quien les sonreía contenta y les alzaba el pulgar una y otra vez.

—¿Tú les pateaste el trasero a esos 5 hombres y Leila de un solo guantazo?— chillo Rose saltando en su sitio, ella muy apenas había podido con uno y porque Colton al ver que no podía le había ayudado, de hecho James se la había pasado recargado contra una columna dejándoles todo el trabajo a ellos o más bien dicho a Colton porque el pelirrojo había hecho rodar de un puñetazo al primero y al segundo lo había atacado cuando vio que ella no podía con el ¿porque parecía que su primo sabía algo de los mellizos que ella no?

James había estado apartado de la situación hasta que llegaron otros dos hombres en ayuda de los asesinos por lo que su primo se había metido y había acabado con ellos de una.

—Si los merodeadores respetaban a los mellizos era por algo prima.— dijo James como total explicación provocando en ella un chillido.

No lo había pensado de esa manera, ahora que lo pensaba Colton sí que había llegado a las manos con los Merodeadores en años anteriores, recordaba ver a Celeste animando a su hermano mientras en una que otra ocasión le propinaba un coscorrón con quien estuviera peleando Colton.

—¡Celeste!— chillo Larissa apareciendo con Fred y Lysander a su lado.

El pelirrojo y el rubio parecían un desastre de todos los colores, eran un arcoíris andante mientras que Larissa solo tenía pintura rosa en su cara y cabello.

—¿Qué ha pasado?— preguntó confundida la pelirroja antes de ver de reojo a Fred.

Últimamente pasaban mucho tiempo juntos, ella sonrió internamente ante esto. Recordaba que Andromeda le había dicho distraídamente en una que otra ocasión que Larissa sería perfecta para Fred si ellos dos no estuvieran juntos, parece que su amiga había acertado.

—¡Tú madre está peleando contra la loca!

Colton y ella se quedaron paralizados, no, no podía ser. Ambos se miraron entre ellos y asintieron en un acuerdo silencioso, ellos habían sido afectados por esa mujer. Pero su madre, su madre había perdido al abuelo, su tía (aunque si lo pensabas había ganado una enemiga en la misma) y casi los había perdido también a ellos y a su padre.
Todo había pasado por la ambición de Amanda que no se había detenido ante nada ni ante nadie con tal de conseguir sus propios fines egoístas, con un chillido ambos echaron a correr hacia donde les iban guiando Larissa y los demás, una lágrima corrió libre por su mejilla cuando los recuerdos la embargaron.

Ella será mi pelirroja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora