Adventure 01

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El delicado aroma a nueces moscadas y a pino fresco tenía obnubilada su nariz al completo. El eco de los roces y el silbido del viento al mover las hojas que se situaban en lo más alto de las copas de los arboles le hacían querer tumbarse en la fresca hierba, cerrar los ojos y no despertar jamás. Poder sentir cada tramo de naturaleza que se extendía a su alrededor le hacía pensar que estaba en el mismísimo cielo, ya desde antaño había convivido más tiempo en los bosques, familiarizándose con toda clase de olores y las distintas criaturas que convivían en ellos, que viviendo en la ciudad de la que era natal. Aunque a veces lo negara, él mismo se consideraba un auténtico friki de la naturaleza y los pokémon. Ir a cualquier punto de la tierra para poder observar esas increíbles criaturas era su verdadero sueño en la vida. No necesitaba ser entrenador para demostrar que era la persona que más afección experimentaba por los pokémon.

Inconscientemente había cerrado los ojos y solo un leve cosquilleo en su nariz le hizo volver a abrirlos para salir del trance espiritual en el que se había metido al pensar de nuevo sobre sus místicas frikadas sobre los bosques.

Se dio un golpecito en la nariz, sintiendo como rozaba una especie de suave pelaje. Tampoco es que le diera mucha importancia, así que giró su cuerpo y volvió a cerrar los ojos. Segundos después, sintió como algo le empujaba desde la espalda, hasta que finalmente de un placaje lo tumbaba boca abajo en la hierba.

-Pero ¡¿Qué narices estás haciendo?! –preguntó enfadado, sentándose en la hierba para observar al causante de su dolor de nariz.

Tampoco le dio tiempo a articular más quejas, porque inmediatamente después, la pequeña criatura le enviaba una descarga que le acabó de despertar por completo y hacia que cayera redondo contra el suelo.

-Perdona Shinx, no sabía que habías sido tú –Con una mueca de dolor, se frotó la sien para luego aposentar la mano encima de la pequeña criatura.

A pesar de su dulce e inocente aspecto, desde que decidió unirlo a su equipo no hacía más que pegarle descargas cada vez que intentaba escaquearse de los trabajos para hacer un poco el vago al aire libre. Al principio pensaba que solo lo hacía para fastidiarle de algún modo, pero poco a poco se dio cuenta de que ese Shinx solo tenía un complejo muy malo de madre. A veces le costaba creer que aquellas criaturas pudieran tener tanta personalidad, mientras le acariciaba la cabeza solo parecía un manso y tierno peluche de color azul con una colita en forma de estrella, pero cuando se trataba de hacer un trabajo, era el primero en remover cielo y tierra para ir a buscarlo y hacer que su cuerpo experimentara unos cuantos voltios como castigo.

-Regla uno del caza tesoros pokémon; nunca tengas un pokémon de tipo eléctrico con complejo de madre cascarrabias –Dijo en alto mientras acariciaba el lomo al pequeño Shinx.

Después de sentir que el aturdimiento había terminado, se levantó del suelo, sacudiendo sus pantalones cortos de color negro. Alzó sus brazos para estirar sus hombros y músculos y flexionó las rodillas para asegurarse de que no se había enfriado en ese pequeño tentempié que se había auto-obligado a hacer.

-¿Sabes dónde se han metido los demás? –Preguntó, dando por hecho que el pequeño pokémon le conduciría hasta el lugar exacto donde se encontraban el resto de sus compañeros.

Shinx emitió un sonido con la garganta y se dispuso a andar a un paso bastante elegante y ligero. Había tenido la precaución de no alejarse demasiado del lugar donde se suponía que estaban haciendo la expedición para el trabajo, pero sabía que tenían un buen trecho por camino. Aprovechó y sacó una pequeña máquina de su bolsillo donde venían todos los datos y un mapa del trabajo que les tocaba realizar.

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