Adventure 02

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Estaba empezando a dudar sobre la decisión que había tomado al elegir a ese chico como su compañero. Dejando de lado su egocentrismo, su prepotencia, su mal humor y su "borderia"... No daba señales de indicarle que iban por el buen camino. Sabía perfectamente que la paciencia era la base de todo y más cuando se trataba de buscar piedras, no sabía ni como había aguantado todo ese tiempo, pero de lo que si estaba seguro; es de que si seguían a ese ritmo dos horas más de su preciado tiempo acabaría matando a alguien.

-¿No se supone que sabias donde habías visto la puñetera esfera? –dijo mostrando su rabia y la falta de paciencia que estaba empezando a padecer. A parte de ir contra reloj, todavía tenía que preocuparse de encontrar su equipo de trabajo y a sus compañeros.

Kageyama miró su mochila, organizando cuidadosamente todos sus efectos personales, raciones de comida, medicamentos y objetos variados. De vez en cuando asomaba la vista por debajo de su flequillo para mirar al pelirrojo, pero hizo caso omiso y prefirió restarle un poco de importancia al tema.

-Dije que la había visto, no que me acordara de donde –confesó, cerrando la cremallera de la mochila y colocándosela a la espalda –Sé que fue cuando llegue a esta región, así que si me guías por las ciudades acabaré acordándome del sitio.

Sabía que no era broma, pero esperaba que lo fuera. Si tenía que esperar a que a ese chico se le viniera a la mente el lugar en concreto de la región mientras viajan por ahí, tendría que ir pensando en sus últimas palabras para pedir a Asociación que le perdonara la vida. Cruzó los brazos y empezó a dar vueltas por el campamento improvisado que había creado Kageyama para pasar la noche.

-Estoy perdido, estoy perdido, estoy... -empezó a balbucear, mientras sus nervios crecían por momentos.

El moreno lo miró con una ceja levantada y le dio un golpe en la cabeza para que volviese a la realidad.

-Si la piedra esa es tan conocida, seguro que hay más gente a parte de mí que la ha visto –se acomodó los guantes de entrenador y se estiró el largo del pantalón para quitar las arrugas, y después comprobar su cinturón.

Una bombillita se encendió en la mente del pelirrojo. Había estado tan abrumado que se le había olvidado por completo ese pequeño detalle. Estaba en Sinnoh, la región con la más importante historia legendaria del mundo, la tierra del origen. Se llevó una mano a la barbilla y miró a la nada mientras recapacitaba. Había estado todo el rato pensando en negativo, auto convenciéndose de que la compañía de aquel entrenador solo iba a resultar una carga...

Por un lado podía llevarle primero a las ciudades que más le interesaba a él mismo, poniéndole de excusa que son solo ciudades de paso, mientras que aprovechaba aquella parada para ir a las ruinas de los alrededores a preguntar a las gentes sobre avistamientos de la diamansfera o recaudar información para usarla como cambio con personas de prestigio en las excavaciones o museos. Por otro lado, se había olvidado por completo del pequeño detalle de los viajes a larga distancia, al ser un caza tesoros de nivel medio (tirando a bajo) solo le asignaban misiones destinadas en su zona de exploración, salir más allá de esos límites seria tanto peligroso como una locura.

Viajar cientos de kilómetros en busca de una esfera históricamente valiosa podía convertirle en una presa idónea para los caza recompensas. Sin hablar de los pokémon salvajes que se podría encontrar por el camino si se adentraba en lugares poco adecuados para los humanos. Aquel chico parecía cumplir la expectativa de entrenador fuerte y que solo piensa en sí mismo. No sería difícil engañarlo teniendo en cuenta que era un completo extranjero.

-Oye ¿estás bien? –una mano pasó por delante de su rostro para devolverlo a la tierra – ¿Todavía te duele el golpe que te diste ayer? –Preguntó sin mucha preocupación, solo sorprendido por aquella caída en la babia que había tenido el pelirrojo –Has dicho que tenías que ir a por tus compañeros y tu equipo ¿no?

Ice FreundeWhere stories live. Discover now