Adventure 03

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Estiró su brazo con el amago de alcanzar algún punto de apoyo donde parar su sumersión. Algo le hacía caer como plomo en ese lago, como ya le habían advertido reiteradas veces, aguardaba demasiados misterios y se había cobrado demasiadas vidas, hacia desaparecer a la gente, haciéndote recapacitar sobre si esas personas habían existido en un principio.

Su pecho empezada a doler, y la velocidad de sumersión era cada vez más acelerada. Notaba como la presión comenzaba a causar estragos en sus pulmones y oídos, seguía haciendo fuerza con los brazos, en el intento de salir con vida de esa situación, de la cual, no conocía ni siquiera la causa. Sintió un terrible ardor y pinchazo en los pulmones y su garganta, para que poco después; sintiera como la boca se le llenaba de agua y sus ojos se iban cerrando.

Una luz.

Si hubiera estado en plena posesión de sus sentidos, hubiera jurado que aquello era una simple ilusión, pero en casos de vida o muerte como aquel, aferrarte a la mínima esperanza puede hacer que el destino decida darte otra oportunidad. Alargó el brazo con la poca fuerza que le quedaba y observó como aquella luz se iba expandiendo hasta rodearle por completo. La reconfortante luz hizo que finalmente sus ojos se cerraran y sus sentidos se apagaran.

* * *

El suelo estaba terriblemente frío y húmedo, notaba como su cara empezaba a resentirse por el helado tacto de la roca. Movió la nariz e intentó abrir los ojos, la primera impresión que tuvo del lugar donde se encontraba es que si no había muerto, algo peor le iba a suceder. Se fue incorporando lentamente, hasta que finalmente logró mantenerse de pie y superar al dolor de cabeza, dio dos grandes bocanadas de aire fresco y sintió como su cuerpo se iba relajando. Miró a su alrededor y apreció los detalles de aquella cueva tan extraña. No había nada, ni una entrada. Las paredes eran de un color marrón oscuro y del techo no paraban de caer pequeñas gotas de agua que tintineaban con los charcos del suelo.

Lo único que pudo llamar su atención fueron aquellos charcos con una forma no muy natural.

-He visto esta cueva en algún sitio... -murmuró para sí mismo, comprobando de primera mano que el dolor de garganta de su casi muerte por ahogamiento, no había desaparecido.

Siento haberte dado la bienvenida de ese método, pero es el único modo de hacer que los humanos mantengan la boca cerrada cada vez que me ven.

O se estaba volviendo loco, o una voz había hablado dentro de su cabeza. La agitó dando por hecho que era una alucinación y empezó a caminar hacia el centro de la cueva en busca de un modo de salir.

No es ninguna alucinación. Soy Mesprit, el guardián del lago Veraz. Te vi tan entusiasmado en la superficie, hablando de cómo vas a encontrar la diamasfera, que no pude evitar poner un poco la oreja. Y digamos que no estoy muy a favor de esa idea.

A veces no podía creer su propia ignorancia, estaba en la cueva que había en el centro del lago, aquella que nadie ha podido atravesar desde fuera, donde supuestamente habitaba uno del trío del lago.

Si estaba ahí, solo podía significar que se había metido en un buen lío.

-¿Qué quieres de mí? –preguntó al aire, suponiendo que oiría una contestación en su cabeza.

Solo quiero advertirte. Lo que vas a hacer puede provocar una segunda guerra espacio-temporal.

Se le heló la sangre de las venas, no quería pensar de un modo catastrófico, pero si aquello pasaba de verdad por su culpa, podría poner al mundo en un gran peligro.

-¿Cómo se va a producir una segunda guerra solo por una piedra?

Sabía que esa piedra no era una simple piedra, nunca había creído del todo aquellas leyendas que leía en los libros, pero si lo que aquella voz decía era cierto, podía despertar a algo demasiado peligroso.

Ice FreundeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt