Capítulo 22-Daño

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Después se ese día Lauren dejó de ser la alegre chica que todos conocían, se aisló totalmente de todo el mundo. No la culpen, trataba de sanar su alma.

No volvió a ver a Camila, por más que quisiera no podía ir a visitarla pues por cada minuto que llegará tarde a casa su mamá la esperaba lista para golpearla.

Tres meses desde esa tarde, tres meses sin ver a la que creyó el amor de su vida, tres meses en los que su mamá le propinaba sus respectivos golpes "reparandola". Para Lauren se había convertido en rutina el cubrir sus moretones con maquillaje para que no le hicieran preguntas sobre ellos, los que no podía cubrir los justificaba diciendo que se golpeó en karate.

Lo que una vez fueron unos hermosos y brillantes ojos verdes se apagaban cada día un poco más. La rubia risueña he hiperactiva se convirtió en una persona ojerosa y triste que prefería pasarse el día refugiada mientras leía que salir de paseo con sus compañeros y amigos. Leer la distraía de la mierda que vivía todos los días.
No se arrepentía de haberle entregado todo a la morena; fue un amor corto pero intenso, y aunque todas las noches llorara por ella no se retractaba de haberla amado con todo su corazón.

Ese día Lauren y Luis Felipe se encontraban instruyendo a sus compañeros, pues el profesor salió de emergencia y los dejó a cargo.
Lauren estaba particularmente triste pues se suponía que ese día cumpliría siete meses con su morena; siendo masoquista pensaba en ella mientras observaba a su compañero dar clase.

- Pueden tomar agua- concedió permiso Felipe a los pequeños karatekas- Hey Lo- la llamó sentándose a su lado.

Lauren no lo escucho y se mantuvo mirando al vacío sin percatarse de la presencia de su mejor amigo a su lado. Los ojos de la ojiverde se inundaron y esta cerró los ojos; estaba recordando la primera vez que beso a Camila, sacudió la cabeza saliendo de su trance.

-¿Me llamabas? -pregunto la joven al notar la mirada de su amigo sobre ella.

-¿Qué pasa contigo?- le pregunto el muchacho de manera sutil- hace meses que no hablas con nadie más que el profesor, en los entrenamientos siempre tienes la mirada pérdida y estas más pálida de lo normal- le dijo su amigo preocupado, la luz de su mejor amiga se estaba apagando y el no odia quedarse solo viendo lo que sucedía.

- Vete a dar clase- le ordeno la ojiverde.

-Saliendo vendrás conmigo a hablar-le sentenció el muchacho levantándose de el lado de Lauren y obedeciendo su orden.

Inmediatamente los ojos de Lauren se abrieron al pensar en lo que pasaría si llegaba tarde, suficientes golpes recibió en la mañana cuando su mamá notó que estaba llorando sin razón.

- No puedo-le informó- estoy castigada- alegó la ojiverde.

-Iré yo mismo a pedirle permiso a tu mamá y sin peros-dijo el joven.

Lauren simplemente se encogió de hombros, si su mamá la veía con Luis la dejaría de golpear tan seguido al creer que ya estaba "curada".

La clase continuo y Lauren no podía dejar de pensar en su exnovia, la amaba demasiado.
Presa en los recuerdos salió del dojo dirigiéndose a un lugar apartado en la playa, estaba cansada de retener todo así que hizo lo que deseaba desde hace tiempo; comenzó a desahogarse en una palmera a base de golpes con puño sin parar, sus brazos ardían después de incontables repeticiones, sus pulmones dolían mientras trataba de respirar entre sollozos, se recargo en la palmera y se dejó caer en la arena.

Miro sus manos y notó como sus nudillos se veían destrozados, sangre brotaba de sus desfigurados nudillos. Tenía que ocultar las heridas; por suerte traía dinero suficiente para comprar un par de vendas en la farmacia cercana al dojo. Enredo sus manos en la venda de modo que la venda quedará como el vendaje de los boxeadores y se dirigió al dojo.

Al entrar tomo su mochila y se dirigió a los vestidores. Se encargó de impartir la siguiente clase con boxeo japonés para justificar sus manos vendadas.

Al terminar solamente se cambio de blusa y salió del dojo sin dejar que Luis la alcanzará. Cuando pensó que se había librado de su molesto compañero pretendió arrancar la moto cuando alguien le gritó a sus espaldas.

-Me pensabas dejar Jauregui -le medio pregunto el sonriente joven mientras subía a la moto y se colocaba el casco que colgaba del brazo de Lauren- Se que a ti te vale mierda tu vida así que dame el casco que yo lo usaré- le dijo sonriendo.

Lauren sólo se encogio de hombros y espero a que Luis Felipe se acomodada en la motocicleta para después arrancar con rumbo a su "hogar".
En todo el camino ninguno de los dos dijo palabra alguna.

Al arribar a la casa de la ojiverde el chico bajo de la moto y se dirigió a la puerta de la casa de la chica.

- Buenas tardes señora-dijo Luis sonriente cuando la puerta fue abierta.

-Hola mijo, ¿qué se te ofrece?-respondió sonriente la señora, Lauren sólo rodaba los ojos montada en su motocicleta.

-Venía a pedirle permiso de llevar a Lau a cenar-dijo simpático.

-Claro, tráela cuando quieras-le dijo animadamente la señora- tengan cuidado, adiós muchachos-se despidió cerrando la puerta.

-Fue más fácil de lo que pensé-río el joven acercándose a la moto.

Lauren sólo rodó los ojos y se colocó el casco que había a un lado de la puerta de su casa.

-Yo conduzco-pidió el muchacho y Lauren gruñó pero se lo permitió pues ella estaba cansada; su cuerpo sufría un gran desgaste diariamente.

Durante el camino la ojiverde no hablo, sólo se aferró a él cuerpo de su amigo y cerro los ojos mientras sentida el viento en su cara. Abrió de nuevos ojos una vez que la moto se detuvo.

-¿Qué hacemos aquí?-pregunto al notar que se encontraban en una taqueria cercana a la casa de Camila.

-Pues cenaremos- dijo obvio Felipe-¿Qué más se puede hacer en una taqueria?-dijo mientras recibía un golpe en su brazo por parte de la chica.

-Voy al baño-aviso Lauren -pídeme una quesadilla y un taco- ordenó la ojiverde mientras se dirigía a los baños con su mochila en la espalda.

Al entrar al baño colocó su mochila en el área en la que están los lavamanos y sacó un ungüento que más temprano había comprado en la farmacia que compro las vendas, junto a maquillaje.
Se comenzó a quitar el vendaje con cuidado de lastimar más sus ya heridos nudillos; una vez estos fuera se dio cuenta del daño que les había infringido. Comenzó a lavar sus aún sangrantes nudillos y prosiguió en colocarse el ungüento y una cinta especial para ocultar heridas, de ahí comenzó a maquillar hasta que se dejaron de notar los moretones de alrededor. Prosiguió con las otra mano cuando la puerta fue abierta, miró a través del espejo y casi se desmaya al notar a nadie más que Camila y Sofia.

La más pequeña al notar a Lauren corrió a abrazarla está le correspondió el abrazo mientras reía. Camila noto la mano herida de su exnovia así que trató de tranquilizar su agitado corazón, alegre de ver a su gran amor, para hablar sobre sus heridas, por que el hecho que ella pensará que Lauren la había engañado no quitaba el hecho de que se preocupara por la ojiverde.

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Stay Focus (Camren)Where stories live. Discover now