35

258 6 8
                                    

- Jules, no empeores las cosas, por favor. - Escucho su voz desde el otro lado de la puerta. Fuerza el manillar sin éxito y suspira intentando mantener la calma. - Quiero hacer esto por las buenas. - Fuerza de nuevo la cerradura. - Sólo tienes que venir conmigo y todo esto se habrá acabado, puedo ayudarte, puedo hacer que esto acabe, que dejes de huir. -

- Yo no huyo, ¡ya no! - La puerta principal se cierra y puedo sentir como los dos hombres que lo acompañaban se acercan. - ¡Déjanos en paz! ¡Dejarnos todos en paz! -

- Abre la puerta. - Empieza a perder la paciencia y siento un golpe en ella, el cual retumba en mi espalda. - Maldita sea, Jules. Déjame entrar y hablaremos, por favor, sólo quiero que lo entiendas. -

- ¡No! - Las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas, estoy llena de rabia e impotencia. - Sólo quiero que vuelva Harry. - Sollozo cubriéndome el rostro con las manos.

- ¿Harry? Harry no va a venir, Jules. - Mi corazón se detiene al escuchar la tranquilidad de su voz, miente, sé que está mintiendo.

- No es cierto, vendrá a buscarme. - Las voces al otro lado de la puerta cesan mientras yo me consumo entre mis pensamientos.

- Jules, lo siento, pero se ha ido. - Lo noto agacharse quedando a mi misma altura al otro lado de la habitación. - Ha sido él quien nos ha llamado. - Niego con la cabeza ahogándome en el silencio de mi interior. - Hizo un acuerdo con tu padre, te traería aquí y obtendría su recompensa. - A pesar de que no puedo verlo sé que se ha levantado de nuevo. - Sólo te estaba utilizando por el dinero. Cada vez que contactaban, tu padre le hacía una oferta mayor por tenerte de vuelta. Y él ha aceptado. -

- ¡Ya basta! - Grito con todas mis fuerzas intentando silenciarlo. - ¡Él nunca me haría eso! -

- Entonces sal y compruébalo tu misma, está a punto de terminar su reunión con Darren. - Empieza a alejarse y de repente todo se queda en silencio.

Lloro encerrada en el baño durante lo que parecen años y finalmente, destruida por sus palabras y mentiras, me levanto y salgo del baño. Louis me mira desde la cama, sintiendo lástima por mí. Se levanta e intenta rodearme con sus brazos, pero me alejo de él y continúo caminando. Recupero el libro de Allan Poe que le había comprado a Harry del suelo y lo aferro contra mi pecho, cómo si pudiera meterlo dentro y grabar todos sus poemas en mi corazón. Me asomo a la ventana y miro el aparcamiento, está casi igual que antes, solo que ahora también hay dos coches de lujo negro con las ventanas tintadas y la moto de Harry. Me giro para ver a Louis y camino hasta la puerta. Los dos hombres que lo acompañaban intentan retenerme, pero un solo gesto por su parte y me dejan libre. Me asomo a la barandilla y busco su cara, me congelo cuando lo veo salir del coche de mi padre, guardándose algo en el bolsillo, y dirigirse a su moto.

- ¿Harry? - Apenas se me escucha ya que la falta de aire y vida en mis pulmones me silencia. - ¡Harry! - Grito con fuerza llamando su atención, mis lagrimas caen como cascadas en cuanto sus ojos se posan sobre mí, sé lo que su mirada quiere decir, y él sabe lo que dice la mía. - No. Por favor. - Susurro, él me contesta en su lenguaje favorito, el de las miradas, manteniendo el silencio. - ¡Eres un traidor! - Le grito. - ¡Gilipollas! - Le tiro el libro con todas mis fuerzas con la intención de darle. Los hombres de Louis me sujetan intentado alejarme de allí. - ¡Confiaba en ti! - Continúo gritando y le doy una patada a la barandilla con mi pierna mala, llena de rabia. Los dos hombres consiguen detenerme y me arrastran de nuevo a la habitación. - ¡Eres un maldito cobarde! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio, Harry! -

Hold On Donde viven las historias. Descúbrelo ahora