Capitulo 28

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Samuel
Los meses fueron pasando, tanto para nosotros como para nuestra familia.
Cayetana no se despegaba de sus hijas y no dejaba de consentirlas.
Arturo y Sofía, ellos y el campo, ellos y Arturito, simplemente ellos. Guiando a toda la familia.
Irina y Flavio, ese par de locos que pronto también serían padres, y eso tenía completamente nervioso a mi hermano, y creo que algo de miedo también. En cuanto a Irina...se había vuelto inseparable de sus hermanas, tanto así que abandonaron la ciudad y regresaron al rancho, es decir, se hicieron su propia casa en estas tierras.
Y aquella hermosa empresaria, sexy y soltera, quitemos el soltera, me ayudaba en todo, con la administración del rancho, y con el banco, a pesar de sus ya casi nueve meses de embarazo. Si...así era, ver crecer su vientre días tras días, mes tras mes, hablarle, cantarle y que su respuesta sea una patadita o de repente le agarre hipo. Fueron, sin duda, uno de los mejores momentos de mi vida, sumado al de tener como mujer a su mamá.
Esa mamá que a medida que el tiempo paso, le fue perdiendo miedo al embarazo. Esa mamá que me hacía tener más confianza para el momento que llegase el día de la llegada de nuestro hijo o hija, queríamos que el sexo sea sorpresa y así fue.
Por otra parte, entre todo el nerviosismo de la llegada del nuevo integrante, también estaba el asunto de la boda. Que si bien sería después del nacimiento, ya tenía todo preparado. Sofía e Irina fueron las encargadas de ayudarme e informarle cada detalle a su hermana, quien en estos nueve meses se había enfocado en el campo, en el banco, en mi y en nuestro bebé. Armando a su manera la habitación, comprando ropa, y nada me ponía más feliz, que verla con la alegría y entusiasmo que lo hacía.

Ahora mismo después de un largo día de trabajo, ya estaba en la cama, abrazando a mi prometida, besandola como el primer día...

Andrea: sabes de que tengo ganas?

Samuel: de que?

Andrea: de que me hagas el amor

Samuel: amor...

Andrea: solo di que si mi amor (besando mi cuello)

Samuel: no podemos, tan solo falta una semana y...

Andrea: y nada (se aparta) ya no me quieres, no me deseas...es porque estoy gorda, mis tobillos hinchados y un humor espantoso. Olvide que te gustaban las mujeres plásticas, de buen cuerpo y (la silencio con un beso)

Samuel: yo te amo, embarazada y todo lo que implique estarlo. Y me gusta solo una mujer. De cabello negro, ojos marrones, labios deliciosamente besables, que se sonroja. Y un cuerpo que me saca más de mil suspiros y que estos últimos dos meses me ha tenido a baños de agua fría

Andrea: porque tu no quieres, yo si quiero

Samuel: después de que nazca, te recompensare

Andrea: eso es mentira, Sofía y Arturo cuando tuvieron a nuestro ahijado, no tuvieron mucho tiempo para ellos (haciendo puchero)

Samuel: nosotros lo tendremos. Nuestro bebé es comprensivo. O acaso no ves cuando le decimos que sea bueno y te deje dormir, él se queda quieto?

Andrea: he visto eso. Y no hables de nuestro bebé como si fuese un varón, porque será niña

Samuel: y que sea mandona, gruñona, peleadora y huele a caballo como tu? Jamás

Andrea: ja! Ya verás

Samuel: (me acerco a su vientre) más te vale salgas niño...(Andrea acaricia mi cabello) pensándolo bien...si sales niña...(suspiro) ya! Ni modos, tendré que andar con la escopeta de mamá (me pongo a la altura de Andrea)

Andrea: te amo (besa mi mejilla) te amo (me besa)

Samuel: y yo, mucho, mucho (dándole besos)

Andrea
Cena de hermanos, como todos los fines de semana, así lo habíamos propuesto, desde el día que me arregle con mi chiquita. Esa chiquita no tan chiquita, que se veía hermosa con su vientre, el cual ahora me encontraba acariciando y mirando, ellos a diferencia de nosotros, ya sabían que sería su bebé, un niño, a quien llamarán Eithan, ya me lo imagino, rubio, como Irina y con rulitos como Flavio.
Y mientras Irina tocaba mi vientre, el bebé dentro de mi respondía con pataditas, y pensar que sólo me queda una semana...eso me da miedo.

Irina: ey! En que piensas?

Andrea: en...nada

Irina: ven (me toma de la mano) vamos afuera

Sofía: esperen, voy con ustedes!!

Una vez fuera de la casa, caminamos las tres juntas en dirección hacia los establos, en silencio, hasta que Sofía hablo

Sofía: que paso? ¿Por que se fueron?

Irina: Andrea casi ni hablaba durante la cena y no me quiso contar que le pasa

Andrea: no me pasa nada

Sofía: (sonrie) claro que si...tienes miedo porque se aproxima el parto

Irina: es eso? Porque si es eso...yo también lo estoy

Andrea: bueno...si es eso. Me siento una completa tonta

Sofía: escuchenme las dos (toma nuestras manos) solo piensen que ese dolor y esfuerzo que estén sintiendo en ese momento, valdrá la pena cuando escuchen o vean el rostro de su bebé

Andrea: tu lo sentiste asi?

Sofía: claro que si. Yo solo mire a Arturo y me olvide completamente del dolor. Ya chiquitas (nos abraza) no veo la hora de tener a esos bebés en mis brazos

Irina: a Eithan le faltan dos meses, pero a alguien por aquí (tocando mi vientre)

Sofía: y ya tienen pensado algún nombre?

Andrea: no hemos pensado ninguno aún

Irina: han estado recuperando el tiempo perdido (ríe)

Andrea: Irina!! No seas...hace ya dos meses que nada de nada, yo quiero, pero él no

Sofía: no quiere hacerle daño al bebé. Con Arturo paso lo mismo. Y tu Irina?

Irina: que les digo...la última vez fue...antes de venir a comer (suspiro)

Andrea: que???

Irina: como lo escuchan

Sofía: que suerte tienes hermanita

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