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Unas risas y murmullos alcanzó a oír desde mi cama, sé que son mis hermanas, de seguro traman algo. Cuando golpean mi puerta me levanto, de seguro me pedirán algún favor, pero sólo veo el rostro enérgico de mi pelirosa hermana un año menor, toma mi brazo llevándome hasta la habitación que está en frente, ya sé de cual se trata, los multicolores plasmados en ella me hacen saber que pertenece a Janis, pero no puedo evitar hacer una mueca, ¿era necesario que me tocará? ¡Ni siquiera se ha lavado las manos! Hanne es una cerda.

—Debieron de haberme preguntado antes —Dije molesta a lo que Janis me mostró su dedo de en medio, cerro la puerta para luego lanzarse a su cama.

—Calma, princesita, no te hará daño un par de infecciones humanas —Constanzé evita reír, pero al colocar la palma de su mano sobre su boca me da un indicio de que se ha aguantado las ganas.

Bueno, paren. Hemos hecho esta reunión por Constanzé, esta triste —Nuestras miradas se dirigen hacia la única chica con cabello natural aquí, todas nosotras tenemos tonos artificiales gracias a las tinturas, en cambio ella jamás ha cambiado su color de cabello negro.

—Sólo... Ignoren que sucede, no pasa nada —Su sonrisa ladeada nos hace creer poco, pero aún así siempre evitamos hacer preguntas.

Entonces disfrutemos, no quiero ver sus horribles caras tristes por la casa, mucho menos en la cena, que harán mi comida saber mal —El lenguaje soez que utiliza Janis cuando habla siempre molesta, pero a la vez hace gracia, es tan directa... Desearía ser como ella.

Noelle ©  | Libro #7 |Where stories live. Discover now