→Doctor J.

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Desde la vez que Harley durmió con el Joker, había insistido en volver a hacerlo debido a que algunas noches se sentía extremadamente sola y con la necesidad de un abrazo como mínimo. Pero él nunca accedía, siempre ponía alguna excusa que dejaba a Harley bastante decepcionada. A veces sólo quería volver a sentir su calor junto al de ella y los latidos de su corazón resonar en sus oídos mientras los dos se encontraban en un sueño profundo. Él la reconfortaba dejando cortos besos en su frente que de alguna manera le hacía recordar que no estaba del todo sola.

Por otro lado, éste es el día en el que él llevaría a cabo su plan contra el comisionado y Batman. Por lo que ahora se encontraban volando por las calles, digo volando, porque prácticamente iban a toda la velocidad que el auto disponía. Y sin embargo era sorprendente como ni siquiera chocaban contra nada a pesar de toda la velocidad.

—Mr. J- —Él la interrumpió antes de que continuara. Esta vez él se encontraba manejando. Y ella llevaba su traje de arlequín.

—Te dije que ahora soy Doctor J, lindura —la miró de reojo y siguió con lo suyo al volante.

—Bueno, doctor J, estoy algo asustada —suspiró Harley mirando por la ventanilla del auto.

—Nunca te ha asustado la velocidad, ¿Por qué ha de hacerlo ahora? —arqueó una ceja e intentó comenzar a ir más lento.

—No, no es la velocidad del auto, es solo que... —mordió su labio pensando en sí debía decirle o no. Esto nunca había sido fácil para ella en el pasado. —Creo que estoy enamorada de un criminal.

El Joker se echó a reír a carcajadas, poniéndola más nerviosa de lo que estaba.— Eso es porque eres adicta al dolor, querida Harley.

Ella suspiró sonoramente y miró sus brazos, los moretones ya comenzaban a desaparecer, sin embargo notó la aparición de unos nuevos los cuales ni siquiera recuerda qué los ocasionó. Ella quería convencerse a ella misma de que estar enamorada de él no era algo malo, más bien era algo bueno ya que era la única que conocía mejor al Joker que el resto y aún así lo quería.

Por otro lado, el comisionado ahora se encontraba entrando al consultorio odontológico, él odiaba demasiado estos chequeos dentales pero por desgracia eran parte del requisito mensual de su trabajo. Saludó cortésmente a la secretaria detrás del escritorio y se sentó en la silla a esperar su turno. Cuando Harley y Joker llegaron, entraron por la puerta que ponía en grande "Área restringida, solo personal autorizado" . Harley rió al leer el cartel y le enseñó su dedo medio a la puerta, como si esta tuviera vida y pudiera ofenderse con aquello. Él la tomó de la mano para que avanzaran rápido y cuando llegaron a la habitación donde se suponía estaba el dentista, le pidió a Harley que cuidara la puerta de que nadie entrara.

Mad love » Harley & JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora