Capítulo 3: La lluvia seguía cayendo

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Llovía. Aquel día llovía. Las gotas de agua golpeaban con fuerza el cristal de la ventana de Munakata. En la soledad de su cuarto, acompañado únicamente por el mal tiempo, una serie de pensamientos nostálgicos salían a flote. Sin duda la pesada atmósfera compinchándose con el aburrimiento era una mala combinación.

Ya llevaba una semana y media ingresado y su recuperación -aunque lenta- parecía ir por buen camino. Aunque aquel día nadie había ido a verle, solía estar acompañado. Si no eran sus padres, eran su hermano y sus sobrinos o algún amigo o compañero profesor de la universidad. Y si no, entonces se trataba de su opción favorita, su enfermero particular. Para la desgracia de Fushimi, el docente siempre era capaz de iniciar una conversación contra la voluntad del muchacho. Así había conseguido sacarle datos de su vida privada y aprender sobre él. Incluso parecía estar logrando conocerle. Ese chico le interesaba más que cualquier autor literario del que hubiera podido impartir clases. Quería saberlo todo de él, saber el por qué de sus decisiones y de sus dudas. No podía evitarlo. A su alrededor, la mayoría de personas siempre acababan resultándole un soberano aburrimiento, aunque las apreciase. Saruhiko no. Saruhiko le fascinaba. Sin duda le estaba pasando algo para sentirse tan sumamente atraído hacia ese muchacho. Y la sonrisa que esbozaba su hermano cuando le hablaba de Fushimi le recordaba a la que él puso años atrás, cuando Taishi hablaba de casarse. Eso le hizo darse cuenta de lo que le ocurría. Quizá era víctima de la enfermedad más hermosa, esa que en los hospitales jamás encontrará cura. Quizá... quizá se estaba enamorando.

Un suspiro suicida quiso corroborar este hecho. De nuevo, su mirada hoy apagada viró por la ventana. En el camino reparó en las margaritas de Awashima que lentamente se marchitaban y en los secos pétalos amarillos que sus libros decoraban. Y vio tras los cristales un mundo gris y un cielo lloroso y enfadado. Sin duda, aquel no era el mejor día para constatar sus sentimientos.

***

-¡Pierde demasiada sangre! ¡Necesitamos repuestos ya!

-¡Voy!

-¡Mishakuji-sensei, sus constantes vitales bajan!

-¡Los de allí, traed un desfibrilador y un desfibrilador subcutáneo! ¡Fushimi, pásame el bisturí y prepara la oxigenación!

Tras recuperarse de una repentina parálisis causada por el pánico, Saruhiko se movió todo lo rápido que la situación le permitía. Los gritos alterados de los otros enfermeros le estaban poniendo nervioso. Sus manos temblaban y, bajo los guantes de látex, sudaban. Aquella era la primera vez que se enfrentaba a una intervención quirúrgica y, a pesar de querer mantenerse tranquilo, de querer mantener su fachada, esa en la que todo le resbalaba, la cosa estaba comenzando a torcerse. Estaba seguro de que había tomado el bisturí correcto pero, ¿y si se equivocaba? En su cerebro los gritos y pitidos resonaban, ralentizando sus acciones en el momento en el que más velocidad de reacción necesitaba, volviendo a paralizarlo como le había ocurrido minutos atrás, cuando todo comenzó a ir cuesta a abajo.

Yukari, el cirujano y uno de los médicos jefes del hospital, prácticamente le arrancó el instrumento de las manos. Su mirada apremiante le indicó con severidad una vez más que preparase la oxigenación. Con las manos temblorosas quiso colocarle al paciente la mascarilla. No pudo. Ni él pudo darle oxígeno ni otro de los enfermeros usar el desfibrilador. Los pitidos se detuvieron y el silencio cayó sobre ellos, llenando como un bloque de hormigón el quirófano que antes había estado saturado de gritos. La mascarilla se le cayó de las manos y, por un momento, pensó que sería él quien necesitase ser reanimado mediante descargas eléctricas.

Fue Mishakuji, el médico encargado de la operación, el único con valor de poner en palabras lo que todos sabían pero nadie quería atreverse siquiera a decir.

Cuando te vuelva a ver [ReiSaru AU] (K Project fanfic yaoi)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang