Cuando te vuelva a ver [ReiSaru AU] (K Project fanfic yaoi)

Capítulo 6: ¿Y si dejases el café?

-Así que enseñas Literatura... -murmuró Saruhiko mientras conducía a Reisi de vuelta a la habitación.

-Exactamente. Me gradué en Filología pero cuando acabé la carrera no encontré nada a lo que dedicarme. Estaba a punto de tirar la toalla y meterme con mi hermano al negocio familiar pero entonces uno de mis antiguos mentores me ofreció una plaza como miembro de su departamento. Acepté de inmediato.

-¿Cuántos años llevas? Como profesor, digo.

-Veamos... creo que unos tres ya. ¿Y tú?

-¿En la universidad? También tres.

-¿Y ya estás haciendo las prácticas del último año de carrera?

A pesar de que ni su voz ni su semblante lo denotaron, Munakata se encontraba sorprendido. No por comprobar que bajo esos juveniles rasgos se encontrase un cerebro prodigioso, sino por el tono con el que pronunció su respuesta. Falto de orgullo, carente de cualquier tipo de soberbia. Hablaba sobre algo que para cualquier otro hubiese sido un logro inaudito como lo haría al tratar el tiempo atmosférico.

-Sí.

-Impresionante.

-No veo por qué. Simplemente fui sacando asignaturas y créditos hasta llegar al último año antes de tiempo.

-No creo que muchos pudieran adelantarse dos cursos.

Aunque no lo vio, intuyó que Fushimi se había encogido de hombros. Realmente eso había hecho, con la misma expresión de fastidio que solía usar. Posiblemente su intelecto fuese brillante, pero el desprecio que sentía hacia su persona le impedía hacerlo resplandecer como debería. Reisi se cercioró de ello con esas palabras, y se planteó si él podría cambiarlo de alguna manera. Realmente deseaba hacerlo y otorgarle no sólo su cariño sino también la capacidad de sentir una pizca de amor propio.

Cuando llegaron a la planta en la que se situaba el cuarto de Munakata, la relajada atmósfera entre ellos se rompió ante la escena que los recibió. Taishi, el hermano mayor de Reisi, hablaba alterado con una enfermera mientras la pequeña Umi corría en círculos alrededor de ambos adultos, lloriqueando.

-¡Dígame dónde está mi hermano! -exigía el mayor de los Munakata.

-Ya se lo he dicho. Salió con una visita.

-¡¿Qué visita?! ¡¿A dónde han ido?!

-¿A dónde van a haber ido? Seguramente estén en los jardines.

-¡Quiero ver a tío Reisi!

-Ay madre...

-¿Tú familia siempre es tan ruidosa? -masculló Saruhiko.

-Si te sirve de consuelo, Fushimi-kun, yo tampoco contaba con esto.

La discusión se escuchaba perfectamente desde el ascensor. Eso hizo a Fushimi negar con la cabeza, farfullando algo por lo bajo que el mayor no llegó a captar pero que le hizo esbozar una media sonrisa de diversión. Los ruidos y la gente escandalosa le incordiaban. Otra cosa más que Reisi debía apuntar en su lista mental de cosas molestas para el joven enfermero.

-Hermano, calma -pronunció desde la silla de ruedas que Saruhiko empujaba, acercándose a ellos-. Estoy perfectamente.

-¡Reisi! ¡¿Dónde estabas?!

-Dando una vuelta con Fushimi-kun.

Incómodo, el moreno retiró la mirada. Taishi se fijó en la ropa de calle que vestía el chico y una pícara sonrisa que rápidamente sustituyó a su expresión preocupada se instaló en su semblante adulto, relajando sus rasgos.