Velo y mortaja del cielo bajan.

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"Y es que allá el tiempo es muy largo. Nadie lleva la cuenta de las horas ni a nadie le preocupan como van amontonándose los años. Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una esperanza."

*Había escuchado esa frase de algún libro hace ya bastante tiempo, no recuerdo con certeza quien fue quien lo dijo, tampoco me recuerdo quien fue el autor y mucho menos recuerdo el libro en dónde dicha frase solía vivir.

Pero aquellas palabras vivían en mi cabeza desdé aquel día, el cuál estábamos arriba de un furgón de un viejo camión abandonado seguramente desde que empezó todo esto, cuándo solo me quede a observar como a aquél chico de no apenas 16 años morir delante de mis ojos y poder hacer absolutamente nada.

Desde aquél día eh tenido que pasar las tardes escondido ya que al parecer los zombies son mas activos de al caer el anochecer y es casi imposible moverse sin poderte encontrar con un gran grupo de esas cosas.

Me encontraba dentro de la pequeña casa en la cual Ezequiel y yo íbamos a pasar la noche pero como se dieron las cosas ahora solo me encuentro yo, eh pasado los pocos días investigando y observando a los zombies para poder saber algo más de sus movimientos como si fueran animales y yo un biólogo. Aunque claro esas cosas ya no se llamarían humanos claro que no pero me gusta pensar en ellos como si lo fueran, como si pudieran entender la que está pasando.

Aunque claro toda esa chorrada es sólo un modo para poder despejar mi mente y de ese modo dejar de pensar en el accidente, estaba sentado en la azotea de aquella casa con la pequeña libreta que había encontrado tirada en las manos, escribiendo lo que podía apreciar de un par de zombies que se encontraban caminando arrastrando sus pesados cuerpos como si no pudieran con el.

Un ruido sordo proveniente de la sala me sobresaltó y rápidamente la idea de que alguno de ellos pudieron entrar me revolvió el estómago, agarré mi 9mm y con pasos lentos pero seguros me encaminé a la sala.

Al bajar, la sala se veía como la había dejado y la idea que alguno de ellos hubiera podido entrar cada vez se veía mas lejos, caminé sin bajar la guardia hasta donde creía que provenía el ruido, en éste caso la cocina.

La cocina era la típica cocina de una casa mexicana, sus paredes pintadas de colores claros y una isla separaba la cocina de la sala, a pasar al lado de la isla un sonido de cosas cayendo me hizo voltear*

-¡pero qué chingados!

*Al otro lado se encontraba una chica de cabellos castaños con un caldero en la cabeza y un trozo de pan en la boca, la chica de tez blanca parecida a la del gringo solo que un poco más bronceada de ojos marrones simplemente me miraba con curiosidad*.

-¿quien eres? *pregunta la chica del caldero*

-la pregunta sería ¿quien eres y que haces aquí?

-¡claro que mal educados somos no pedimos permiso antes de entrar! *se burla la chica, pero algo que me dejo atónito fue que se refirió a ella por "nosotros"* me llamo Stella Maris Martínez pero me puedes llamar Stella cómo tu quieras y aquellos chicos que están allá *señala detrás de mi* son mis primos Miguel y Pablo Fernández.

*Al voltear efectivamente habían dos chicos muy parecidos a ella la diferencia estaba en su cabello y sus ojos, eran rubios uno de ellos tenían los ojos azules y el otro los tenía verdes, ambos tenían estaturas diferentes y por lo que veía también edades diferente el oji-azul era más alto y aparentaba unos 23 años el oji-verde era mas bajo le llegaba unos centímetros mas bajo de sus hombros, aparentaba unos 19 años.

La chica del caldero se paro a mi lado y pude apreciar dos katanas pequeñas amarradas a su cadera, por lo que podía ver tenia el cabello amarrado en una coleta baja y le llegaban hasta sus hombros. El oji-verde tenía un rifle marlin 336 y el oji-azul una ametralladora FX-05 Xiuhcóatl.*

-che, ¿cuál es tu nombre?

-¿eh?

-tu nombre tontito, ya te dije el mío.

-m-mi nombre, David Hernández y ahora chavos ¿quienes son?

-oye che no te enojes es que nos tuvimos que esconder aquí *hablo el de ojos verdes de manera infantil*

-es verdad un grupo de zombies nos persiguieron y tuvimos que escondernos aquí *completo el oji-azul pero de manera seria"

-oigan no sean aguafiestas, somos lo mismo que tú supervivientes de está catástrofe *habló la chica intentando calmar el ambiente que desde hace un rato se había vuelto tensó*.

-nos iremos en la mañana no te preocupes.

*¿Realmente quería que se fueran?, claro que no quería desde que tenia hablando con éste trio de locos no se me había pasado por la mente la muerte del gringo.

Aunque sonará mal pero su compañía me hace bien, además su compañía no me molestaba en lo absoluto y me impedía pensar en lo que menos deseaba ahora*.

-disculpen *llame su atención, ya que al parecer se habían dispersado pero al oír mi voz regresaron su mirada hacia mi* ¿puedo quedarme con ustedes?

*Cuándo escucharon mi propuesta se miraron el uno al otro por unos instantes, luego asintieron a mi propuesta*

-claro mientras más mejor, más ojos para poder vigilar *dijo el oji-azul*

-no sabia que los pibes mexicanos eran tan miedosos *se burlaba y reía el otro chico junto a la castaña*

-¡oigan chavos que creen...¿pibes?, eso no es una expresión...

-¡argentinos! *grito el oji-verde con emoción*

-che si que tardaste *respondió entre risas la castaña, -creó que no debí quedarme en el grupo-, pensé para mis adentros*

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Eso es todo, espero que le allá gustado, ¡ahora tenemos argentinos!, ¿qué más podemos pedir? xD

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El de la foto es nuestro mexicano David, si quieren saber de donde es del anime shingeki no kyojin su nombre es Levis (Rivaille) ackerman.

Estén atentos para la próxima actualización. 🙌🙋🙌

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