Capitulo 8

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Sharon
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— ¡Oh Por Dios! — murmuro viendo todo el tumulto que hay afuera del edificio donde vivo. Esta lleno de periodistas.

¿Como rayos supieron dónde vivo?

— No salga señorita — ordena Zed — Vamos, da la vuelta — le dice al conductor.

— ¿A donde vamos? — suspiro cansada.

— ¿Señor? Han invadido su casa. De acuerdo. Vamos para allá — cuelga su teléfono. Ni siquiera me di cuenta de que estaba hablando.

— Iremos a casa del señor — el conductor me responde.

Decido guardar silencio.

En estos momentos no tengo otra opción y esto está sobrepasando los límites y me espanta todo este  escándalo e invasión de privacidad. Imaginé que sería un trabajo fácil; ganarse a la familia y hacerse pasar por la futura esposa del empresario más exitoso e importante de todo Nueva York y después ser una mujer divorciada, saliendo fácilmente de todo ese show, salvando la granja de mis padres. Que equivocada estaba. Ahora me tengo que enfrentar a esto, y todavía lo que me falta, pero no sé cómo hacerlo, no puedo evitar sentirme mal por todos esos pésimos comentarios que hacen de mi en esa revista de chismes. Me llaman "Zorra" "Cazafortunas" "Perra Interesada" Y otros adjetivos que son aún más feos que esos. Y no me conocen, no saben, ni sabrán la verdad de todo esto.

Pero hay otro problema, aún más grande ¿Que mierda le diré a mi familia? ¿A mi jefa y a mis dos amigos? Ellos sabían que no tenía ninguna relación con ningún hombre. Y de la noche a la mañana, hasta salgo en las noticias por que soy novia de un multimillonario. ¿Les diré: ¿Que creen? Me gane la lotería y me casare con una bestia por que ha salvado mi inútil y pobre trasero? ¡¡Claro que no!!
Dios ¡¿Por que a mi?!
Necesito dormir o comer chocolates, tengo miles de emociones aflorando en mi y no me gusta sentirme de esta forma. Mi vida paso de ser mía, invisible, a ser de un egoísta y de toda la población de Nueva York y otros estados de mi país.

Nada de esto es real, nada es real.
Hay Diosito Santo. Otra vez dolor de cabeza.

— Hemos Llegado — escucho la voz de Zed y abro los ojos.

Está todo calmado afuera, un guardia abre el portón del estacionamiento, entramos. Siento una paz muy extraña, pero me alegro poder estar en un lugar dónde no haya prensa, ni flashes ni nada por el estilo.

Detienen la camioneta y me ayudan a bajar con todo y mis cosas. Los tres caminamos rápidamente a lo que parece ser un elevador y entramos. Zed digitaliza un número y las letras "PH" se iluminan. Claro que tenía que ser el pent house.

Cuando llegamos al piso, me permiten salir primero, la curiosidad me hace dar más de dos pasos. El enorme departamento que tengo ante mi, me hace sentir pequeña y tímida, los 4 enormes cuadros son tan lindos, y todo está finamente decorado. Ventanas de piso a techo, las cuales dejan ver las luces de la ciudad. Hay unas escaleras a mi izquierda y un salón de estar frente a mi, mi pequeño sofá se sentiría avergonzado si viera lo que estoy viendo.

— No Miranda, reevoca su decisión, teníamos un trato y no accedere a ese capricho suyo, del cuál, estoy sumamente seguro, que fue mi primo el autor intelectual. De acuerdo. Arreglalo —

La voz profunda y demandante de Samuel, me hace despavilar de mi sueño dónde me sentía la ama y señora de este lugar. Lo veo fijarse en mi, me escudriña de pies a cabeza como es su maldita costumbre y lo que ví en sus ojos me confundió ¿Fue alivio?

— Sharon, ¿Cómo estás? He visto todo y..

Le interrumpo.

— Dentro de lo que es la situación, estoy bien. Aturdida, confundida, enojada y asustada. ¿Por qué no me advertiste sobre ésto?

¿Trato? © (Saga Family Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora