ºº 1 ºº

988 80 8
                                    


El libro estaba en unas condiciones bastante deplorables, manchas de café a lo largo de todas las páginas, la portada estaba tan desgastada que se despegaba con facilidad, incluso unas cuantas palabras eran de difícil compresión. Pero JungKook ya se lo sabía al derecho y al revés, capaz de repetir los diálogos con precisión.

Le gustaba cuando leía en voz alta, le daba la sensación de ser e interpretar el personaje. Pasaba cada página con delicadeza, como si éste se fuera a pulverizar. Se embriagaba con el olor vetusto de una buena literatura que le hechizaba como un amante extasiado con la más bella de las seducciones.

El pueblo era de una calma excesiva, todos los que nacían en aquel pedazo de tierra, se iban para después regresar en su vejez. Era hermoso y aislado, de tal manera que la contaminación de un país alcanzado por la tóxica tecnología y el creciente desarrollo, no afectaba el poder ver un cielo estrellado, acompañado de un clima agradable.

La arquitectura era atribuida a las viejas costumbres coreanas, el hanok¹ estaba rodeado de distintas clases de flores perfumadas, lo mejor de todo era la chimenea en tiempos de invierno. Como el de ahora. Jungkook cogía su manta tejida, con té caliente a un lado y su libro favorito en su regazo, sentado en el suelo a unos centímetros del fuego y cubierto hasta las orejas por miedo a que se le congelen.

Noches como esa eran perfectas, la soledad en el ambiente era más que suficiente para jungkook, que con tan sólo 15 años, prefería perderse en un mundo de fantasía terrorífica. Las noches en donde no estaba su padre por exceso de trabajo, eran dedicadas a leer libros de suspenso que el castaño buscaba para que encajase con su situación "un chico, una casa sola, una noche oscura, el silencio tortuoso, y un posible fantasma o asaltador que salte por las penumbras para sacarle el alma de una estocada" si no había tal cosa, jungkook imaginaba todos los escenarios de su posible muerte.

Él estaba expectante a que cualquier cosa pasará, sólo un ruido que le hiciera saber que había al menos una rata deambulando, pero nunca pasaba algo para deleitar su repentino aburrimiento. Este chico siempre encontraba algo interesante que hacer por más tonto que fuera, casi nunca tenía la necesidad de sentarse a reflexionar en su vida. Amaba su pueblo y no se imaginaba en otro lugar, sobre todo cuando escuchaba esa melodía.

La melodía de una magnífica partitura era lo que escuchaba cada cierto tiempo, era sin dudas un ritual. Justo a media noche, la canción recorría cada rincón del pequeño pueblo, traspasaba las paredes y los campos plagados de flores como si el viento fuera testigo de todas las emociones que se apreciaban con la primera nota.

.

Jungkook tarareaba alegremente la musicalidad que sólo podía escuchar en su propia mente. Caminaba pausadamente a su casa, con su mochila a un costado en su hombro derecho. Arranca un lirio del jardín de su vecina, para después percibir el exquisito polen que brindaba la naturaleza, aspiraba intensamente, dejando que el oxígeno le llenara por completo.

Al llegar, puso la pequeña planta en un vaso simple con agua, mientras leía una nota de su padre.

"No demores, no quiero que te enfermes por estar todo el día con el clima tan helado de este invierno".

El castaño paseó hasta su cuarto para tomar una manta gruesa, envolverse en ella y volver a salir. Sus pisadas eran suaves, sin embargo la tierra bajo sus zapatos hacía un ruido estruendoso, no se podía pasar desapercibido, incluso sólo con el sonido y el constante de tus pisadas se sabía de quien se trataba, como el señor hong que llevaba su carreta a todas partes, o la chica una colina más abajo que siempre caminaba apresurada.

R.I.P (Jikook) Место, где живут истории. Откройте их для себя