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De rodillas llorando en silencio, la que ahora era una tortuosa melodía no se iba de su mente. Claramente sólo él la escuchaba, seguramente la muerte era su mayor secreto y él lo ignoro todo este tiempo.

— tienes que volver, — dijo una voz a su espalda — vuelve.

Jungkook no sabía exactamente a lo que se refería, pero se hace una idea. Volvió con tristeza y pesadez a la antigua casa de Jimin, todavía era de noche. La señora de antes y los demás ya han de dormir.

Se preguntaba como podía ser parte de su propia mentira, Jimin no es más que una ilusión ya existente. ¿Acaso fue por qué de verdad se sentía sólo?. Estaba perdido, el rubio no era parte de su imaginación, era un fantasma. Uno al que podía tocar, uno del que le tomó aprecio de manera romántica. Se maldijo por las circunstancias, mira que enamorarse de un muerto era la mayor de sus locuras.

Recordó las veces que creyó imaginarlo ¿Si eran sus proyecciones?, o acaso era Jimin que jugaba a costa de su habilidad. Suspiró y se revolvió el cabello con frustración, sólo estaba jugando con él. «tan lamentable», pensó JungKook.

Su cordura estaba por el piso, necesita respuestas, las necesita con urgencia. Ya frente a la casa de los difuntos, todo parecía cobrar vida. Se fijó en el exterior de esta, grande con una apariencia rústica bastante agradable. Tocó un par de veces para darse cuenta que la puerta estaba ligeramente abierta, con timidez se adentró en está. Un olor a anís inundó sus fosas nasales, la chimenea picaba por las fuertes olas de calor que irrumpian en toda la habitación. Jimin descansaba en el piso mirando fijamente como pequeñas chispas blancas y amarillas bailaban por el aire hasta desaparecer.

— lo siento. — JungKook se acercó ahora con un poco de nerviosismo. Se sentó casi llegando a la pared dejando una distancia considerable entre los dos, de espaldas a la chimenea se dispuso a mirar más allá de la ventana. Intercalando entre los copos de nieve y JiMin.

— ¿por qué lo sientes?.

— fui egoísta, — jungkook dio a entender que no tenía ni la menor idea de todo lo que estaba sucediendo. Jimin asintió para proseguir — debes sentirte engañado, te he mentido.

— la verdad, es que no termino de asimilar el que estoy hablando contigo. Tu que estas muerto. — habló sin ninguna delicadeza, Jimin río poniendo toda su atención en jungkook.

— eres la primera persona que me puede ver después de tantos años, eso causó un gran impacto.

— el impacto que tengo yo de poder hablar contigo. — ironizó el menor.

— cierto eso es aún más espeluznante. — jungkook no dejaba de mirar como la nieve cubría todo a su paso. Debe ser aterrador, jungkook indaga en lo que siente ahora mismo.

— no creo que sea así, ya sabes soy raro. Más bien es.... no se. — imposible describir el que su interior contenga una bomba de tiempo, no sabe descifrar si ya explotó o está esperando por algo peor.

— perdón por hacerte creer que soy real.

— a pesar de que te lo pregunte.

— me preguntaste si era real, y lo fui. — el castaño frunció el entrecejo.

— eso es totalmente diferente. ¿Y lo del ángel?. — recordó aquel día y muchos otros días que le llamaba de tal forma, enseguida se ruborizo.

R.I.P (Jikook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora