11. Llegada

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Adrien

Salimos riendo por la cara que puso Ethan. Marinette sacó de un bolsillo de su abrigo unos guantes rosados y se los puso. Yo seguía caminando al parque donde sabía que podríamos pasarla bien.

- ¿adónde vamos?-

- a un lugar divertido- le contesté encogiéndome de hombros. Ella mé miro recelosa pero seguimos caminando.

Durante el trayecto, pudimos observar el Río Sena cristalizado, los árboles desnudos con un color diferente, y los colores de la ropa de la gente pintaban la ciudad.

- es bonito- mencionó sonriendo.

- ¿es tu estación favorita?-

- creo que sí- respondió metiéndose las manos en sus bolsillos.

- a mi me también me parece bonito- dije.

Cuando llegamos al lugar, paré mis pasos. Marinette me miró.

- ¿es aquí?- yo asentí. Había llamado a Gorilla, quien me esperaba con dos pares de patines. Le agradecí y le pedí que regresara, yo lo llamaría luego.

- ¿te gusta patinar en el hielo?- cuestioné.

- no lo hago mucho-

- para alguien que ama el invierno, no me parece usual- murmuré a lo que ella se rió.

- es lindo el lugar- dijo.

Había una gran laguna congelada en el centro. Algunos árboles con ramas desnudas y un fárol apagado.

- póntelos- le dije mientras le pasaba los patines. Se sacó sus zapatos y se los puso. Yo ya me había adelantado. Mi mamá me había enseñado cuando era pequeño y regresar a ese lugar me traía buenos recuerdos. Mari caminó cautelosamente hacia la laguna.

La jalé un poco para que patinara y la solté. Vi como intentaba mover sus pies para mantener el equilibrio mientras movía sus brazos hacia adelante. Yo giraba e iba de un lado a otro. Entonces ella se cayó de una manera muy divertida. Me dirigí rápidamente hacia ella, no pude ocultar mi sonrisa.

- ¿estás bien?- le pregunté parándola.

- si- respondió. Al verme sonreír se cruzó de brazos.

- no fue gracioso- fue ahí cuando reí a carcajadas.

Ella me ignoró y volvió a patinar. Se cayó varias veces y yo negaba divertido. Decidí agarrarle las manos para darle una clase.

Yo patinaba hacía atrás, sabía que no me iba a caer. Sus piernas estaban temblorosas, y hacía distintos gestos al no lograr hacerlo por su cuenta.

En un momento dado la solté, y dió una vuelta entera a la laguna. Al llegar casi cayó pero logro mantenerse.

- creo que ya sé lo básico- festejó aplaudiendo. - ¿sabes hacer trucos?- me preguntó.

- claro, te muestro-

Patiné rápidamente hasta el
centro, me impulsé y salté, dí dos vueltas y aterrizé agachado, hasta levantarme de inmediato.

- ¡ta-ra!- dí una reverencia a lo que ella aplaudió. Volví hacia ella dando giros.

Tomé sus manos y patiné por toda la laguna. Hize un baile girando y deslizándonos rápido en el hielo. La mantenía sujetada de la cintura levemente en caso de que se tropezara. Era un momento que describiría como perfecto.

Sin embargo, mi sonrisa se borró al instante que ambos escuchamos gritos. Desde donde estábamos no logramos ver mucho, pero un bus pasó volando en el aire, y escuchamos su estruendoso aterrizaje. Era el atque de un akuma.

- ¡CONGELARÉ TODO PARÍS Y TODA FRANCIA SI LADYBUG Y CHAT NOIR NO ME DAN SUS MIRACULOUS!-

El akumatizado lanzaba nieve y hielo por una pala para quitar la nieve de por medio. Ibamos a irnos, hasta que el akumatizado nos vió y lanzó un gran tempano de hielo que atravesó la laguna. Se formaron grietas, intercambiamos miradas de horror.

- ¡vámonos!- le grité patinando para salir de la laguna congelada.

Y lo peor ocurrió. Nos llegó el sonido del hielo quebrándose.

Marinette

Adrien me jaló y me soltó, de modo que salí disparada lejos de la laguna. Con los patines se me hizo difícil parar y choqué con un árbol. Me sobé la cabeza, que me dolía mucho por el golpe, y me quité los patines. Volteé la vista para ver si Adrien estaba bien, y lo ví saltar a la nieve. Estaba bien.

Salí corriendo con solo las medias puestas en los pies y me escondí entre unos arboles y póstes.

- ¡Tikki, puntos fuera!-

Me dirigí a la Torre Eiffel. Desde ahí pude ver los ataques del akumatizado, estaba al frente de mi colegio. Fuí para allá lo más rápido posible. Al llegar, Chat se encontraba distrayéndolo. Un pedazo de hielo voló hacia su cabeza y con mi yoyo lo rompí.

- mi lady, su akuma está en la pala- me dijo apuntando con su bastón.

- bien ¡Lucky Charm!-

La pelea no duró tanto como supuse, pero era mejor se esa manera, menos daños y víctimas.

- bien hecho- sonreímos al chocar los puños.

Tras hablar un poco con el que solía ser el akumatizado, nos despedimos y nos fuimos. Entré a mi casa por la terraza, rogando que nadie me hubiese visto.

Tikki estaba comiendo una galleta del plato que había dejado allí en la mañana, con un vaso de leche. Nos quedamos en silencio comiendo hasta que escuchamos el aviso de mi mamá.

- ¡Marinette, Adrien esta aquí!- dijo desde la sala. Antes de bajar me avisé a Tikki que se escondiera en caso de que subiéramos.

- ¿estás bien?- le pregunté al bajar.

- sí, umm sí. Pero desapareciste- dijo rascándose la parte de atrás del cuello.

- ah eso, es que... yo... ¡el akumatizado! eso, se vino para donde yo estaba y tuve que huir-

- ah, claro- no sabía si se lo había creído, y preferí cambiar el tema.

- al menos pudimos pasar un momento divertido-

- cierto, gracias por acompañarme-

- gracias por haberme llevado- dije con una sonrisa.

- tengo que volver a casa, te veré mañana- dijo y se despidió con la mano.

Cerré la puerta detrás mío. Me quedé preparando chocolate caliente. Me senté en el sofá y ví un rato el noticiero. Me quedé dormida después al rato. Y desperté al anochecer, sin embargo, aún tenía suelo.

Aunque, mientras me frotaba los ojos para no tropezar en las escaleras, logré divisar la silueta de un gran gato saltando de techo en techo.

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Hasta el siguiente capitulo
Miraculousteen

Protegerte Es Mi Deber /MARICHAT/Where stories live. Discover now