Epílogo

20.4K 1.8K 2.2K
                                    


Rápido. Todo había transcurrido tan rápido que al castaño le impresionaba cuantas emociones había experimentado en cuestión de meses.

Pero a Luhan ya no le importaba el tiempo porque estaba con Sehun. En un abrir y cerrar de ojos la navidad y el año nuevo ya habían pasado. El castaño se sintió completamente lleno y feliz al pasar este último junto a su novio, Yixing y sus padres, quienes no tuvieron problemas para ir a Corea y celebrar dos veces el año nuevo, habían dicho entre risas.

Luhan se había enterado muchas cosas al cabo de los meses. La menos importante y más bonita era que Sehun era quien le había enseñado coreano, y la más importante y menos bonita era que, en una de esas noches de insomnio que ninguno de los dos podía dormir, Sehun le contó con lujo de detalles el día que el castaño fue asesinado.

— Recuerdo claramente que los demonios nos dijeron a Jongin y a mí "no debían relacionarse así con humanos", y solo bastó esa frase para saber que querían hacer contigo. No se resistieron a la hora de decirme adónde te habían llevado, haciendo que se me erizara la piel al pensar que eso era probablemente porque el trabajo ya estaba hecho. Recuerdo que aparecimos en ese bosque y corrimos... corrimos tanto, joder, y tan rápido. Pero cuando llegamos, el hijo de puta te había destrozado y me acuerdo de cómo me miraste por última vez y sonreíste cuando Jongin gritó tu nombre. Recuerdo mis ganas de vomitar y como me faltaba el aire al verte allí, sin vida. Ni siquiera lo pensé dos veces antes de quitarle las tripas al demonio ese, que le temblaron las piernas al verme y al estar tan asustado y yo tan loco, no tardé en mandarlo al diablo. Literalmente.

— ¿Le quitaste las tripas? — Sehun rodó los ojos ahogando una risa.

— ¿Eso es todo lo que dirás?

— Enserio pregunto.

— No, Luhan, no le quité las tripas.

— Y, Sehun, ¿de quién era ese cabello que se quemó cuando los oficiales lo agarraron?

— Debió ser de aquel demonio ya que tenía el pelo gris, como es cabello era visible para todo el mundo. —El abogado sonrió y negó con la cabeza, como si estuviera recordando algo— Al principio había pensado que era de Jongin porque el gilipollas había ido antes al bosque cuando los oficiales estaban investigando y les había jodido el cerebro de alguna manera para que dieran vueltas por el mismo lugar todo el tiempo.

— Con razón no habían encontrado esa choza. —Rió— No entiendo algo, ¿Por qué el demonio me mató en Mokao?

— Era más difícil que nosotros llegáramos allí. Los demonios tardan cierto tiempo en llegar a un lugar donde nunca han estado antes. Tardaríamos muchísimo tiempo más. —Hizo una pausa— Luego, yo... le pedí a Jongin que enterrará tu cuerpo allí.

— ¿No podían llevarme a un lugar más bonito? —bufó.

— No podíamos dejar que nadie se enterara. Yo me hice abogado para que no se vea involucrada gente inocente en esto, porque sabía que te había matado un demonio.

El castaño formó una o con sus labios y luego bostezó.

— Vamos a dormir. —lo besó y unos minutos después ambos cayeron en los brazos de Morfeo.

Conoció a los amigos de Sehun: ChanYeol y Kyungsoo. La primera impresión fue bastante normal, pero se notaba a leguas que fingían ser normales exageradamente probablemente porque el abogado los había amenazado o algo así. Horas más tarde, cuando entraron en confianza, Luhan realmente los conoció. ChanYeol era una máquina de hablar, bastante divertido y extrovertido, todo lo contrario a Kyungsoo, que tardó un poco más en charlar con el castaño abiertamente. Era divertido también, pero era una diversión diferente a la de ChanYeol.

El caso del ciervo » [HunHan]Where stories live. Discover now