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Capítulo 5

Mientras el sol salía radiante al exterior del bello lugar, un molestoso sonido de celular despertaba vagamente a dos chicos. Ji Yong casi saltó de la cama. Odiaba que le despertaran, después estaba de malas y no soportaba a nadie. Se sentía algo mareado por aquel brusco movimiento.

—Seung, el teléfono. —Decía algo adormilado, su voz sonaba un poco más ronca de lo normal. —Seung...

Al no tener respuesta se comenzó a levantar de la cama. Su cabello se encontraba alborotado, y ni siquiera sabía en qué lugar se encontraba, pues sus ojos aún yacían cerrados. Tocó un mueble que estaba a un lado de la cama, pero no encontraba aquel molestoso aparato.

—Seung, teléfono. ¡Seung!

El mayor estaba acostado sobre la alfombra. Frunció el ceño al oír la voz de su jefe a esa horas. ¿En serio Ji Yong lo iba a joder tan temprano?

—Sí... ¿Qué? —Balbuceó entre sueños.

Ji Yong seguía tanteando con sus manos sobre la cama hasta llegar al otro extremo. Tocó por encima del mueble pero sólo terminó por botar algunas cosas. Tampoco estaba el celular ahí.

—Seung, ¡¿dónde está?! —Preguntó en susurros. Se bajó de la cama tal como un perrito.

—Bolso. En algún bolsillo de ahí. Es tú celular, Ji Yong.

Ji terminó por caer de la cama mientras una de sus manos buscaba en el queridísimo bolso Chanel. Cuando lo encontró, abrió los ojos para ver el touch de la pantalla y así poder contestar.

—¿Hola? ¿Sí? —Se movía de un lado a otro para tomar bien la señal. —¿Hola? ¡Frank, querido! ¿Estás ahí? ¿Frank?

Ya completamente de pie, comenzó a buscar algo que ponerse encima. Tampoco iba a dejar que lo vieran con ese pijama. Su voz era muy elevada. Seung Hyun se frotó la cara con las manos en un gesto de cansancio. Tomó la manta que tenía encima y la puso por sobre su cabeza. Ji Yong en serio podía ser insoportable.

—¡No, la señal es malísima, Frank! ¡Dame un minuto y lo arreglo!

—¡Ji Yong, deja dormir! —Gritó Seung entre dientes.

El menor rodó los ojos mientras se ponía una bata, seguramente era de Seung, así que le restó importancia. Salió de la habitación y llegó hasta la entrada principal. Ahí había unas botas para el agua, el único calzado a la mano. Se puso las que le quedarían mejor, aunque la verdad escogió unas que le quedaban un poco grandes.

—Todo estará bien, Frank. ¿Te sientes presionado? No lo sientas así. Sé que te pedí diariamente ir. ¿Fue anticipado? Tranquilo, puedo posponerlo, no te preocupes. ¡Pero no canceles! No, no. Claro que no...

Afuera estaba fresco, el cielo de un celeste precioso y el sol se colaba lentamente transmitiendo su calor. Ji Yong dio media vuelta, estaba a una buena distancia ya de la casa de Seung. De repente vio la puerta abrirse un poco, el pequeño Sharpei que había conocido ayer salió de la casa. Lo miraba de reojo mientras este comenzaba a ladrarle.

—¡Shh! ¡Sentado! —El pequeño cachorro hizo caso y se sentó. —No, no. Tú no, Frank.

El cachorro de color beige comenzó a ladrar nuevamente mientras Ji Yong comenzaba a caminar dándole la espalda. De repente un águila comenzó a hacer ruido también. El de cabello castaño claro iba de un lado a otro. Los animales no podían haber escogido peor momento para ir a molestarlo. ¡Tenía una llamada de un cliente y los animales en medio! ¡Así no se podía!

La PropuestaWhere stories live. Discover now