-¿Vosotras también sentís eso? -pregunta Rebeka con un hilo de voz prácticamente inaudible.
-¿El qué? -habla Maya en el mismo tono.
-El taladro.
-Me da a mi que está en tu cabeza, Kroos -responde Ale reincorporándose.
Del otro lado de la cama se encontraba Irene totalmente cao. Y a los pies de la cama, tumbadas entre un montón de matas y almohadas descansaban Sofía y Alejandra.
Dos y media del mediodía. La resaca las estaba matando, pero ninguna de ellas se arrepentía de aquella noche. Todas lo necesitaban, un poco de desfase para desconectar.
-¿He hecho alguna gilipollez? -pregunta la alemana.
-Creo que te enrrollaste con media discoteca, pero todo correcto -murmura Irene entre abriendo un ojo.
-Se comió su parte y la de las demás -bromea la malagueña.
-A Lucas no creo que le haya gustado la foto que has subido -comenta Maya observando la pantalla de su móvil.
-¿Foto? ¡Oh no! ¿Me habéis dejado usar el móvil? Pero si a penas recordaba mi nombre...
-Me da que todas estábamos en la misma situación.
Rebeka alarmada enciende su teléfono y busca rápidamente la aplicación de Instagram dispuesta a borrar lo que sea que hubiese subido esa noche.
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<@rebeka_kroos (hace 12 horas)>
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