Capítulo 6.

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Capítulo Seis: Tú, Tú Eres Mi Consuelo.

"—Estoy roto, no encuentro una mejor manera de decirlo. Contigo se fueron mis ilusiones y sentimientos, puedo asegurar que he olvidado como amar".
Liam Ponce - Pensamientos Torturadores.

Había pasado un mes, mi depresión iba de mal en peor, aunque siempre fingía el típico " Estoy bien, no te preocupes " me reía de mi mismo después de salir de esas estúpidas situaciones, aquel vacío que Victoria había dejado al parecer era gigante, y sin embargo los dichos de las demás personas eran continuos "El dolor es pasajero" "Con el tiempo aprendes a superar" "Despidete de ella y comienza de nuevo tu vida sentimental". Era tan fácil decirlo sólo de labios, mi corazón rechazaba completamente aquellos dichos, y es que Victoria no es temporal, mucho menos es alguien que murió y que se debe dejar descansar; Al contrario, Victoria es eternidad, que a pesar que fue sepultada, sus signos vitales se conectaron con los de alguien mas, y ese alguien más definitivamente soy yo. Ella se volvió una escritora donde yo era su libro, y ese es el punto, un escritor nunca muere, pues sus palabras, sentimientos, alma y vida entera quedan plasmadas en unas hojas de papel, y agradezco que ella haya escrito sobre mi.

Me levanté de aquel mohoso banco del viejo parque del barrio. Mirar aquel parque me causaba tanta melancolía, era un un desierto, pero al mismo transmitía una paz que era difícil negar, no me arrepentía de haber negado la invitación que mi madre había hecho, al parecer era sobre asuntos familiares y era de lo que más me estaba alejando en esos momentos.

Di un ultimo vistazo al parque y abrí camino hacia mi casa, el sol ya casi se ocultaba.

Al llegar a casa podía escuchar una fuerte discusión entre mi mamá y papá. Abrí la puerta silenciosamente, sin que ellos lo notaran y me escondí para lograr escuchar más claramente.

—¡No debiste hacerlo Kate!— Escuché decir a mi papá con un tono molesto.

—Hace dieciocho años que no lo miraba, Daniel— Escuché decir a mi mamá con voz temblorosa —¿¡Que pretendías!?, ¿¡Que me negara a esa oportunidad de ver a mi hijo!?.

¿A quien se referían?, ¿De quien hablan?. Esas eran las preguntas que rondaban en mi cabeza. No creo que se refieran a Caleb y Martín —Pensé—.

—Creo que tu y yo sabíamos que cuando ese momento llegara ya iba a ser demasiado tarde.

—Daniel, nunca lo quisiste, ¿Verdad?— Escuché una vez más la quebrada voz de mi madre.

—Lo quise, Kate, en serio, lo quería como si el fuese sangre de mi sangre— La voz de mi papá se quebró.

Siempre pensé que el era duro de carácter, y que quizás sus sentimientos estaban estancados en su corazón de piedra.

—Porque lo quería te exigí que se lo dieras a su padre— Continuó mi papá —Sabes que nuestra economía en aquel entonces no estaba de nuestro lado, lo sabes, Kate, dímelo, ¿Lo viste maltratado de alguna forma?.

—No.

—¿Lo ves?, su vida está excelente, lo tiene todo.

Estaba completamente confundido, no tenía idea de quién hablaban.

—Pero el dijo que siempre soñó con el abrazo de su madre— La voz de mi mamá se apagó al decir aquellas palabras.

Más Frío Que La Nieve | Libro 1Where stories live. Discover now