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Unas fuertes pisadas hacen eco detrás mío. Oh, debe estar furiosa... Cuando las escucho más cerca a mí me detengo súbitamente y suelto una carcajada.
—¿Qué pasa, Naomi? ¿Quieres llorar?
—Hija de puta —sisea—. Esa nota no cambia nada, ¿lo sabes?
—Y el hecho de que tú las imprimas tampoco lo hace, ¿lo sabes? —la imito con diversión.
—¡Claro que sí! Nadie querría a una capitana con un fetiche por los nerds —se burla—. ¿Por qué otra razón usarías un pseudónimo?
—Oh, Naomi, ¿es que no has aprendido nada? —respondo con una voz cantarina. Ella se queda en silencio, mirándome con confusión—.  Ser porrista es mucho más que eso. Pongamos las cosas como son: lo diré muy simple para que lo puedas entender. Eres una porrista promedio. Yo soy más talentosa que tú. Yo soy más elástica que tú. Yo soy más disciplinada que tú. Yo soy más fuerte que tú. Yo entreno más que tú. ¿Vamos bien?
—¿Cómo te...?
—Lia es la mejor porrista. Yo estoy pisando sus talones. Tú estás limpiando mis zapatos. ¿Realmente crees que tu intento de Gossip Girl va a hundirme? —las mejillas de Naomi se vuelven rojas de ira y me asesina con la mirada—. Querida, para sacarme del camino necesitas romperme las piernas.
Naomi se ha quedado muda; pareciera como si todo ese odio se hubiese atracado en su garganta y no la dejara decir una sola palabra. Me acerco lentamente a ella y sonrío cuando baja la mirada.
—Nos vemos el lunes, "capitana".

No muy querido geekOnde histórias criam vida. Descubra agora