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Bufé aburrida viendo las calles y los edificios de Washington pasar rápidos desde la ventana del auto mientras pensaba en el gran y célebre Capitán América o sólo Steve Rogers, uno de mis compañeros en SHIELD.
La verdad, no sé porque no me lo sacaba de la cabeza y me olvidaba de él si me había quedado claro que no quería nada conmigo. Sólo habíamos tenido una maldita cita la cual fue maravillosa pero desde ese momento no había sucedido nada más entre nosotros. Nat me decía que le diera tiempo, que él era un poco tímido pero de verdad ya estaba irritada de esperar por nada.
Quité mi vista de la ventana para concentrarme en Fury.
—Habilita la línea segura 0405 —ordenó el moreno.
—Confirmado.
—Aquí Hill —la imagen de Maria apareció en pantalla.
-—Te necesito aquí en D.C., condiciones muy oscuras —le indicó Nick a la agente.
—Dame cuatro horas.
—Tienes tres, cambio —finalizó él y cortó la llamada.
Largué un suspiro cansado. Lo único que quería en ese momento era ir a casa, estar en cama, un bote de helado y seguir intentando sacar a Steve de mi cabeza.
—¿Ahora si me dirás a dónde rayos vamos? —inquirí seria, sin mirar al hombre a mi lado.
—Es una sorpresa. Eres afortunada de descubrirla —bromeó Nick sin quitar su vista de la carretera.
—Claro. Porque nada es mejor que ser la hija secreta adoptada y mutante de Nick Fury —ironizé yo con los brazos cruzados en mi pecho.
Oh sí, ahora ya lo saben: Nicholas Fury, director de SHIELD es mi padre adoptivo y yo soy su secreta hija mutante, suena cool, ¿no? Se supone que tengo que mantenerlo en secreto para no poner mi vida en peligro ya que yo formaba parte de el grupo Strike bajo el nombre de ______ Overkill.
¿Y por qué estoy en el grupo STRIKE? Fácil, Nick descubrió que HYDRA esta infiltrado en SHIELD, por eso él me hizo entrar. Nadie sabe esto de HYDRA y de mí. Es un pequeño secreto entre nosotros.
