MKR-Sailor Moon Universe

Capítulo 15: La Redención

Pasaron seis días desde los acontecimientos en Mercurio y era el tiempo en el cual Ami y Hotaru aún no llegaban al planeta Tierra, situación que alarmo de sobremanera a Makoto, quien ya se encontraba con sus cuatro amigas y únicamente faltaban las dos ya mencionadas. Minako tenía un rostro lleno de alegría cosa que extraño en demasía a Mako, pero prefirió no decir nada aunque la actitud de Naru, Selene y Rei era normal, como si éstas supiesen algo más.

–Chicas, hay demasiada calma y eso es algo que no me gusta para nada –exclamo Selene–. Siempre que hay una densa calma es porque una tragedia se avecina y eso no será agradable.

–Lo sé amiga, pero lo que haya de ser que sea –dijo Rei con rostro serio.

Minako se aproximo a Selene y le dijo que en cuestión de horas ella partiría rumbo a Rusia pues había recibido noticias y tenía que dirigirse a ese lugar lo antes posible, algo que Selene comprendió de inmediato. La emperatriz de Venus les explicó a sus otras compañeras lo de su viaje y todas estuvieron de acuerdo diciéndole que ellas esperarían a Hotaru y Ami para después partir juntas las siete senshis al planeta Venus y librar así la última batalla. Minako sonrió y abrazo a todas sus amigas despidiéndose de ellas prometiéndoles regresar lo antes posible.

Dos horas más tarde Venus abordó el avión que la llevaría a la ciudad de Moscú, era mayo y el invierno había desaparecido en ese país; Minako tomó asiento posando sus ojos en la ventanilla de su lugar por la cual observó a sus cinco amigas quienes la despedían efusivamente para después mirar a Selene fijamente la cual le devolvió dicha mirada con la cual después le indico que observara el cielo lo que Minako comprendió de inmediato y efectivamente eso hizo; al hacerlo observó que en ese hermoso cielo azul de Tokio una extraña imagen se dibujo ante sus ojos, era una especie de castillo de color blanco con estructuras, las cuales parecían diamantes alargados, en el cual se encontraba una bandera con un símbolo rarísimo, como el del antiguo imperio romano, pero con otro símbolo en su centro..

Al observar dicha escena de aquel castillo y de un mundo diferente a la Tierra y con una energía negativa en demasía; sintió un escalofrió interno el cual fue desapareciendo poco a poco lo mismo que la imagen de dicho castillo. Después de eso, Minako extendió su mano despidiéndose y así el avión comenzó a despejar.

–Chicas, si esto que presiento dentro de mi es real deseo con ansia ayudarlas, pero es posible que el tiempo no me deje cumplir con mi deber y eso hasta cierto punto me pone triste, pero de ser cierto lo que creo, es más importante preservar una vida por el bien de millones. No deseo sonar egoísta pero si mi destino es ese, debo aceptarlo, y deseo que esta batalla tarde en llegar para así poder estar con ustedes y ayudarlas.

Después de decir esas palabras, Minako cerró sus ojos y durmió esperando llegar a la tierra de Vladimir.

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En el planeta Venus, Enlil, otro de los guerreros de Astarté, estaba ansioso de entrar en combate y su desesperación era tal que caminaba de un lado para otro con enfado al estar esperando órdenes de Marduk para actuar. Ese no era su estilo y se notaba su disgusto, pues a él le gustaba dar el primer paso y no esperar a ser atacados por sorpresa.

– ¡Marduk, ya es demasiada espera! No podemos estar tan tranquilos en un momento así, ¡vamos y asesinemos a las demás senshis antes de que nos pase lo que a Enki! –Grito un desesperado Enlil.

–No podemos desobedecer a nuestra reina, ella dijo que esperásemos y así lo haremos–respondió Marduk tranquilamente.

– ¡No puede ser! ¿O es acaso que Astarté está?...