¿Suicidio, por San Valentín?

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Había llegado ya la noche y todos nosotros salímos fuera a la calle ya listos y preparados para la fiesta. Cuando llegamos, la discoteca estaba llena de gente. Fue una noche muy divertida y sin rastro del chico anónimo, que aunque ya le pusiera cara, seguía sin saber cómo se llama. Como era el día de los enamorados, intercambié regalos de San Valentín con Alex. Sinceramente, tenía el novio más estúpendo del mundo. Y no lo digo porque sea mi novio, sino porque es totalmente cierto. Me había regalado un colgante de oro precioso en el que ponía "Eva&Alex" grabado. Y yo a él el reloj que compré para substituir el suyo viejo y estropeado. Efectivamente le encantó y me lo agradeció con una sonrisa y un beso. En la noche todo bien pero después...

Desde que pasó el día 14 de Febrero, y ocurrió aquel incidente con el anónimo, los regalos que recibía ya no eran nada bonitos, sino desagradables, nada de románticos. Una tarde llegué a recibir una cartita en forma de corazón roto que decía: "Tú podrías haber sido mi vida, pero no quisiste serlo".

Alex que estaba conmigo en ese momento, la cogió y la rompió. Pero esa no fue la peor. Llegué a recibir también hasta un corazón de verdad, uno humano, con sangre y todo, y una notita que decía: "Mi corazón ya no es mio, es tuyo, y lo has roto".

Al ver eso fui corriendo al baño a vomitar. Era asqueroso...

Hubieron algunos días que no recibí nada. Pensé que ya se había cansado de enviar cosas. Pero las noticias me dieron la respuesta que estaba buscando. Un chico joven se suicida en su casa colgado, se colgó del ventilador del techo. Al ver la foto de Carlos Sánchez, lo reconocí. El anónimo estaba muerto, se había matado él mismo. En aquel momento estaba sola en casa y tenía miedo. Justo después de ver la televisión, tocaron a la puerta. Abrí rápidamente pensando que sería algún conocido, pero, solamente era otro paquete con destino a mi casa. Y nada más estaba el paquete, no había nadie que lo trajera, ni nada. Lo abrí una vez dentro de casa, y ahogué un grito poniéndome las manos en la boca y echandome hacia atrás del impacto. Era un muñeco muy feo, con los ojos en cruz indicando la muerte, y con una cuerda pequeña rodeando su cuello. Con él, otra notita que decía: "Tú eres la culpable de mi muerte"

Llamé de inmediato a Alex y a las demás. No quería pasar la noche sola en casa. Ellos me intentaban convencer de que yo no le dije nada a él, pero tampoco lo evité. No evité que lo ofendieran, y eso es de ser mala persona. Tuve que contar y disponer de la ayuda de una psicóloga. Por una parte me sentía así, culpable, y por otra parte, me sentía agusto y relajada, porque todos aquellos regalos, todas aquellas notitas, y aquellos ojos vigilándome a cada segundo del día, se habían acabado, por fin. Y como me decían los que estaba a mi alrededor y me quieren, tengo que continuar con mi vida.

...FIN...

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REGALOS PARA SAN VALENTIN.Where stories live. Discover now