✖ Ya sean desconocidos, amigos, enemigos, hermanos, amantes y/o lo que nuestra imaginación pueda recrear... ellos nunca dejaran de ser: Mikasa Ackerman & Levi Ackerman. ✖
Serie de cortos escritos, razones y colecciones exclusivamente RivaMika [Levix...
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Como Niños
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Ambas señoras se reían por la situación de que sus lindos hijos se estuvieran llevando de cierta manera "bien", ya que tanto la madre de Levi y de Mikasa creían que era momento de que ellos tengan una buena relación, aunque ambos niños tengan personalidades similares, esperaban que los resultados sean positivos.
La señora Kuchel era consciente de que su "adorable" Levi no era de esos niños que socializaban de manera fácil, al igual que la madre de Mikasa pensaba lo mismo de la azabache, y eso las hacía tener algo en común con respecto a sus hijos, así qué... ¿Por qué no hacer el intento que se vuelvan grandes amigos al igual que ellas?
La simpática señora que era idéntica a Levi observaba desde la ventana a ambos niños conversando, dando sorbos a su taza que contenía un exquisito té que su buena amiga había preparado.
— ¿Y como van? — Pregunto la azabache mayor, tomando asiento delante de Kuchel y dando al mismo tiempo un sorbo a su té.
— No estoy segura de esto. — Respondió algo dudosa, volteando para ver a la contraria. — Levi no es un chico que se considere "delicado" con las niñas, normalmente me dice que las detesta y...
La señora Ackerman soltó una pequeña risa, ganando una mirada confundida de Kuchel, puesto que no entendió porque había reaccionado de esa manera.
— Mikasa es igual. — Dejó su taza sobre la mesita que estaba en medio, acomodando unos cuantos mechones de su largo cabello. — Dice que no soporta a los niños, que su padre será el único hombre que su padre será el único hombre que amará en su vida y cosas parecidas.
— Oh, vaya. Entonces si tienen algo en común. — Dió otra mirada a la ventana, apreciando el enorme patio que tenia la casa y de a ratos también observaba a Levi.
— Descuida, Kuchel. — Al igual que su amiga, la mujer imitó en observar tras la ventana a su querida Mikasa, mostrando una sonrisa. — No me sorprendería que ellos dos sean buenos amigos cuando crezcan.
Y mientras ambas señoras seguían charlando, dos pequeños estaban en el amplió patio que poseía la casa de Mikasa, donde Levi fue obligado a ir por la insistencia de su madre, dejándole como tarea hacerse amigo de la hija de su mejor amiga. Ellos sabían desde un principio que estaban siendo observados, así que trataban de actuar frente a los ojos atentos de sus madres que estaban teniendo una buena "amistad", aunque Mikasa y Levi sabían que no era cierto y solo se lanzaban pequeñas miradas de desagrado.
— Tsk, no lo soporto. — Murmuró Levi, sentándose sobre el césped para luego abrazar sus piernas.
— ¿Tener que venir a mi casa? — Le preguntó Mikasa, aun permaneciendo de pie y bajando su mirada para ver la cabellera del niño.— Cuando quieras puedes irte, yo no te invité.
