Llegaba tarde.
Bueno, solo unos minutos. Pero cada uno de ellos cuenta, si se refiere a trabajo. Así que cruzó rápidamente la entrada del café y mirando hacia todos lados, divisó a su contacto.
- ¡Laura! - Patricia levantó la mano haciéndole señas a la joven de cabello oscuro y ojos verdes que acababa de entrar al café. Sabía a ciencia cierta qué era lo que su hermana necesitaba. Solo esperaba que Laura quisiera irse a los Estados Unidos a trabajar.
- Patricia, disculpe la tardanza. - dijo a modo de saludo Laura, mientras depositaba un beso en la mejilla.
- No te preocupes, acabo de sentarme. ¿Como has estado?
- Bien. Bueno, podría estar mejor si encontrara trabajo pronto.
- Tranquila. Creo que te tengo la solución perfecta.
Laura había llegado a casa de Patricia, cuando su esposo Roberto había sufrido un accidente de coche y necesitaba una enfermera que lo cuidara. Dado que ellos eran mexicanos, en un país extraño, tuvieron muchísima suerte de que le recomendaran a Laura. Es una chica esforzada y leal. Aparte de saber hacer su trabajo, le tomaron mucho cariño. Sobre todo su hija Michelle. Por eso se la estaba recomendando a su hermana como niñera. Laura es de las chicas que merecen surgir y una ayudadita jamás es innecesaria.
Jamás tendría como pagarle a Patricia por la oportunidad que le daba con ese trabajo. La tremenda recomendación que le dio con su hermana para trabajar como niñera, le venía como caída del cielo. Mientras Patricia le explicaba los pormenores del trabajo, Laura fue albergando en su estómago una infinidad de mariposas, ansiosas e ilusionadas. Tenía la oportunidad de salir del país, con contrato en mano, a otro país donde las oportunidades de comenzar una vida eran mejores que en su país, rodeada de amargura y soledad. Ya no le quedaba familia de quien preocuparse, ni que se preocupara de ella. No tenia lazos con nadie.
- ¿Que te parece? - le pregunta Patricia, temiendo la respuesta de Laura. Seguía existiendo la mínima posibilidad de que no quisiera irse del país.
- Me parece... ¡excelente! - respondió extasiada.
- ¡Buenísimo! Le hablaré a mi hermana de inmediato para que coordinemos rápidamente tus documentos y puedas viajar lo antes posible. Eso sí, debes de tener en cuenta algo.
- ¿Qué es?
- Mi hermana y su marido tienen un trabajo bastante particular, por lo que dentro del contrato, vendrá una cláusula de confidencialidad, en donde te comprometes a mantener reserva para con el resto de lo que pase dentro del hogar y con los integrantes de la familia.
- Por eso no se preocupe. Aunque no tuviera esa cláusula, sé respetar la privacidad de las personas y más si se trata de mis patrones.
- Sabía que no me equivocaba contigo. Estoy segura que serás el mejor apoyo para mi hermana y para mi cuñado.
Para Laura, era parte de su ética mantener discreción referente a lo que pasara en las casas donde había trabajado. Lo que si le llamaba la atención, era que llevaba tanto tiempo de conocer a Patricia, pero todavía no sabía de la familia de su hermana. Claramente, la discreción es de familia.
- Bueno - Patricia revisó su reloj de pulsera y se asombró por la hora que era - ¡Dios mío, se me hizo muy tarde! Debo retirar a Michelle de la guardería. - Laura asintió mientras daba un sorbo a su café. Pensaba en tomarse su tiempo con él, para no tener que llegar pronto a su solitario departamento. - seré mensa, no te di los datos de mi hermana. - revisa su bolso, buscando su cartera, del interior saca una tarjeta que le tiende a Laura - esos son los datos de mi cuñado, atrás te anoto el teléfono y el correo electrónico - antes de que Laura recoja la tarjeta, se la quita nuevamente y escribe rápido - de mi hermana. Cualquier duda que tengas, se lo puedes consultar a ella y en cuanto tenga tus documentos, te llamo para que firmes y fijar fecha de viaje.
- Me parece excelente - se levanta de su asiento y abrazando efusivamente a Patricia, Laura le agradece - Muchísimas gracias, Patricia. No sabe lo que significa para mí que esté haciendo todo esto.
- No tienes nada de qué agradecer. Te mereces la oportunidad de un mejor futuro. Y sé que no me arrepentiré de haberle hablado a Heidi de ti. Nos estaremos viendo seguido, cuando yo vaya de visita. Y quien quita, y en algún momento ella y su familia puedan viajar a Chile y tu podrás venir a visitar a tu familia.
- Puede ser - Sabiendo que eso no sucedería, Laura volvió a agradecerle por la recomendación y se despidieron.
Una vez sentada y con el café en mano, camino hacia su boca, Laura revisa la tarjeta que Patricia le había entregado. Los datos de su cuñado.
"Jaime Camil. Actor, Productor, Cantante."
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¿Seguirás Amandome?
RomanceEsta noche eres todo mío. Esta noche, la luz del amor está en tus ojos pero, ¿Seguirás amándome mañana? Algo tan "inocente" como un amor platónico, se sale de control después de una borrachera. Cuando se dan cuenta de las consecuencias, asoman los...