Unpredictable ( Stiles Stilinski)

Capítulo 8

Me encontraba en mi cuarto, ya que había llegado hace unos minutos de la secundaria y aún Jackson no se había disculpado conmigo. Sinceramente no sabía si lo iba a hacer.

—¿Puedo pasar? —pregunta una voz y de inmediatamente supe que era Jackson.

—Sí—respondo.

—Es que... vengo a disculparme por haberte gritando el otro día —dice sentándose junto a mi.

—Sí...—digo mirando para otro lado.

—Siento haberte gritado, pero es que... Ellos no son las personas indicadas para juntarse contigo —dice mirándome.

—¡Pero yo creo que sí! —le digo provocandolo.

—Está bien. Sabes, puedes juntarte con quien quieras, pero si te llegan a hacer algo... —dice apretando los puños.

—No me haran nada –digo interrumpiendo lo tomando su mano.

—Entonces ¿me perdonas? —me pregunta.

—¡Claro! —digo abrazándolo.

—Quería decirte que iré a ver una película con Lydia y ella me dijo que te preguntará si querías venir —dice.

—Claro, pero nada de mucho amor ¿si? —digo apuntándolo con mi dedo.

—Jajaja, está bien —dice —Arréglate.

Enseguida se va del cuarto para poder arreglarme. Al final me decidí por unos jeans rotos con una polera rayada y unas zapatillas. Después me maquille natural y después tomé mis cosas y salí del cuarto.

—¡Jackson!  estoy lista —grité a modo de aviso a lo que Jackson enseguida bajó.

—Vamos... —dice tomando las llaves del Porch.

Salimos de la casa y enseguida nos subimos al auto.

En minutos llegamos a la casa de Lydia a lo que Jackson toca la bocina y ella enseguida viene y se sube.

—¡Hola cariño! —dice besando a Jackson —¡Hola Piper!

—Hola —digo salundándola con un besó en la mejilla. Jackson enseguida parte a donde venden películas.

Cuando llegamos se estaciona en la entrada del lugar.

—Hossier no es sólo la mejor película  de básquetbol que se a hecho —dice él mirándonos.

—No —digo rápidamente.

—Es con Gene Hackman y Dennis Hopper —dice Jackson nuevamente.

—No —es la que dice Lydia ahora.

—¡Chicas, juro que les va a gustar! —dice  Jackson suplicando. Lydia me mira a lo que yo niego casi riéndome.

—No... —decimos las dos al mismo tiempo.

- ¡No veré diario de una pasión otra vez! —dice él enojado.

—Sí que lo haras —digo a lo que él suelta un bufido.

—¿Por lo menos me puedes acompañar? —preguntó mirándome.

—Sí, está bien –digo con una mueca.

—Vayan, yo los esperaré aquí —dice Lydia mirándonos.

Bajamos del auto para entrar en el local donde rentan películas.

—¡¿Tienen diario de una pasión?! —grita Jackson revisando los estantes.

—Creo que no hay nadie... —digo mirándolo.