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En la casa de Camila, todas reían ante las historias de Eliza sobre su aventura en Australia con su pequeño primo Aden y su abuelo, Don Griffin.

-Así que allí estaba yo... buscando señal con mi mano en lo más alto que podía sobre la chimenea de la casa de dos pisos, pise mal y casi me caigo. Mi único intento de comunicación quedo hecho añicos en el suelo y yo quede colgada con una sola mano de uno de los bordes. Aden y mi abuelo reían y gritaban "Si te sueltas caerás en la piscina" pero yo no me animaba a soltarme- dijo la rubia sonriendo mientras sus amigas reían al imaginar la situación.

-¿Y te soltaste?- pregunto Dinah riendo.

-No lo hice pero igual caí al agua en un momento- dijo encogiéndose de hombros y todas rieron.

-Hubiera pagado por ver eso- dijo Lindsey riendo.

Camila le hizo señas a Lauren para que suba a su cuarto sin que nadie la viera y se fueron en silencio.

-¿Que sucede estas seria?- pregunto Camila mientras entraban a la habitación.

-No lo sé, no me hagas caso ¿Está todo listo para la fiesta?- dijo Lauren tomándola de la cintura.

-Claro, está todo listo. ¿Tú fuiste a el Arca desde que Eli se fue?- pregunto Camila pensativa.

-Cuando no pasaba la noche aquí lo hacía en mi casa el Arca se sentía vacía...- dijo desviando la mirada -¿Por qué?-

-Por nada...-Dijo pensando que lo que había visto era una de las tantas reformas que ellas hacían- Ya está todo listo para la fiesta, pero me gustaría una fiesta privada para mí- dijo en tono sugerente.

-Como digas, Camz- dijo Lauren besándola. La otra chica puso una mano en su cuello profundizando el beso y la acorraló contra la puerta.

-Lauren...- protesto la chica cuando la ojiverde se separó.

-No creo que sea buena idea están todas ahí abajo...- dijo Lauren con la respiración agitada.

-Oh vamos, no me digas que no te prende la idea de que alguien pueda descubrirnos- dijo mientras volvía a besarla.

-Camz... Detente- dijo Lauren suplicante mientras su novia comenzaba a atacar su cuello robándole un gemido silencioso.

-Bien, pero me debes una- dijo Camila mientras la soltaba y le dejaba un corto beso en los labios. Bajaron a reunirse con el resto y escuchar unas historias más.

Todas estaban felices por el regreso de la rubia sobre todo su novia, esa fue una de las mejores noches entre las amigas. Les quedaba poco tiempo para volver a su rutina que incluía los estudios.

Se despidieron al finalizar la noche y Lauren se sorprendió de que la rubia decidiera ir al Arca en lugar de quedarse con su novia. Aunque tenía la ligera sospecha de que evitaba encontrarse con el padre de la chica.

-¿Cerveza?- preguntó Lauren sacando unas de la heladera ante el asentimiento de su hermana.

-¿Por qué no viniste desde que me fui?- pregunto Eliza.

-¿Cómo lo sabes?- pregunto confundida.

-Porque si no me hubieras comentado sobre el nuevo centro de entrenamiento que mi abuelo mando a instalar aquí- dijo sorprendiendo a la chica.

-¿Nuevo centro de entrenamiento? ¿Esto tiene que ver con lo que no nos cuentas de tus vacaciones?- pregunto mientras se sentaban en el sillón y le alcanzaba una botella.

-No fueron vacaciones... Lauren, necesito hablar contigo...- dijo Eliza suspirando.

-¿Que sucede?- pregunto la ojiverde preocupada por su tono de voz.

-Hay algo que debes saber...- dijo la rubia nerviosa.

-¿La engañaste?- pregunto un tanto curiosa.

-¿Qué? No- dijo la rubia rápidamente y algo sorprendida.

-Bien, solo dilo...- dijo la ojiverde animándola.

-Mi abuelo, Don Griffin, es un gran empresario pero eso ya lo sabes... La razón por la que desapareció de mi vida era porque hizo negocios con gente que no debía y nos puso en peligro. Mi padre nos trajo para protegernos y empezar una nueva vida. Mi padre nunca lo perdono por eso y corto toda relación con él. No supo dónde estábamos hasta que mi padre murió-

-¿Estas en peligro?- pregunto Lauren preocupada y la rubia desvío la mirada.

-Mi abuelo dice que sí. En esa semana comenzó mi entrenamiento para que pudiera defenderme y me dejo venir con la promesa de que seguiría entrenando-

-¿No podrías decirle a la policía para que te proteja?- preguntó preocupada.

-No creo que me tomen en serio- dijo haciendo una mueca- ¿Alguna vez escuchaste de una mafia australiana?- dijo riendo y la chica le pego en el brazo.

-¿Quieres tomártelo serio?- pregunto rodando sus ojos.

-Tranquila, mi padre me entreno de pequeña, ahora lo entiendo y si algo pasa estaré lista. Además, tengo unos guardaespaldas que me siguen ya deben saber que estoy aquí- dijo mirando su celular, un ruido de auto se hizo presente y luego un tono de mensaje.

Lauren se asomó por la ventana y vio un mercedes negro con vidrios polarizados estaciono frente a la casa.

-¿Son ellos?- preguntó y la rubia asintió.

-Luego te presentare, ahora quiero pedirte algo...-

-Lo que sea- dijo la ojiverde sin pensarlo.

-Si lo que dice Don Griffin es verdad y de alguna forma los pongo en peligro...-

-Eli...- intento interrumpirla pero la rubia no la dejó.

-Yo... No me lo perdonaría. Así que confió en que entenderás si decido alejarme por el bien de todos y no puedes decirle esto a nadie-

-¿Qué hay de Alycia? No puedes dejarla así sin explicación creí que la amabas- dijo alzando un poco la voz ante la impotencia de la situación.

-Y porque la amo es que te pido que la protejas a ella, que la ayudes. Si yo tengo que alejarme, quiero irme tranquila sabiendo que estarás con ella, por favor...- dijo casi suplicando.

-Está bien pero creo que deberías hablar con ella- dijo Lauren suavizando su tono.

-Si algo les pasa... Yo no...- decía mientras las lágrimas se formaban en sus ojos.

-Sabes, un engaño era más fácil de ocultar...- dijo Lauren y ambas rieron.

-Ya se me ocurrirá algo, siempre fuimos buenas ocultando cosas- dijo apretando la mano de la ojiverde que asentía brindándole su apoyo.

-No estoy de acuerdo con ocultarlo pero te ayudare en todo lo que pueda, lo prometo- dijo estrechando su mano.

Lauren tenía dudas sobre si iba a ser posible ocultar algo de ese tamaño ¿Qué le diría a las chicas cuando un mercedes negro las siguiera a todos lados? ¿Qué pasaría con la fiesta sorpresa de la rubia? De repente ya no parecía una buena idea... Todo se iba a complicar sin dudas.

Sabía que no sería fácil pero pocas cosas le pedía la rubia y sabía que no lo hubiera pedido si no lo necesitara. Sólo rogaba que el viejo Don Griffin sea uno de los tantos paranoicos por naturaleza y que su paranoia sea injustificada.

-¿Hay algo más?- pregunto Lauren más como una afirmación y la rubia asintió.

-Pero eso puede esperar, es mejor que descansemos- dijo la rubia mientras se iba a su habitación.

Hermanas Omega (Camren) (Elycia)Where stories live. Discover now