Pasado y presente

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Los días en Rivendell eran tan pacíficos y eternos como la vida misma, pero hasta días tan dichosos como esos pueden desaparecer en un instante.

Durante su larga estadía, solo se dedicó a aprender, leía más libros de los que alguna vez pudiese haber imagino y poco a poco sus recuerdos sobre su hogar eran cada vez más vagos y menos dolorosos.

Todos habían sido amables consigo, tratándola como si fuera una nativa más de allí y disfrutaba mucho el apego con Arwen, la hija de Elrond.

Ambas condenadas por amores que el mismísimo tiempo desearía poder borrar, pero, aun así, aferradas a la última oportunidad que pudiese existir para lograr la felicidad.

De un momento a otro, en un día cualquiera, se les fue convocadas por Elrond a una importante reunión, el panorama no lucía nada agradable, sus párpados caídos, el notorio temor en su mirada y lo doloroso de sus palabras. Él había tenido una visión, una la cual Gilliel también había previsto, pero igualmente, se mantenía consciente de que la mayor preocupación del elfo, estaba sobre la decisión de su hija al saber del peligro que persigue al montaras.

- A comenzado, el señor oscuro reclama lo que le fue robado... y no parará hasta encontrarlo. - Menciono con voz de preocupación.

- ¿Le has visto tú también Gilliel?, ¿lo has sentido tú también? – Comentó un poco alterada Arwen.

- No se describir lo que siento siquiera, lo que eh visto es muy confuso... aunque debo coincidir... de pronto algo se desequilibra en mi pensar, en todo mí ser... Lo que era tan claro como el agua comienza a sentirse turbio como una ciénaga. Solo aquel que ha regresado en busca de lo que es suyo puede generar tal aura de energía... Elrond dile a Arween lo que has visto. Ella lo merece. – Proclamó nerviosa, las visiones de los elfos siempre se ven afectadas por cada mínimo cambio, pero esta solo era la visión del dolor, la vida del hombre y de aquel que renunció a la corona estaban en riesgo.

- Déjanos solos Gilliel – Indico él y volvió en sus pasos hasta su habitación.

De pronto, los viejos recuerdos de sus tierras volvieron a aparecer en su mente, no comprendía el cómo y el porqué, pero de repente, todo volvía a sentirse como si apenas ayer hubiera abandonado el bosque. Los recuerdos de sus amigos, su hermana y de aquel al que debió renunciar. Su mente comenzaba a colapsarse en tantos pensamientos, pronto las visiones se desbordaron en sí y cayó al suelo sin conocimiento. La bella Arwen fue la primera imagen sus ojos dibujaron al volver en si, ella estaba acompañándola, mientras la tomaba de sus manos con firmeza.

- ¿Cómo te sientes? – Preguntó preocupada.

- Mucho mejor, al menos desperté. – Sonrió.

- Mi padre me conto sobre Aragorn, sobre lo que sus visiones predican, pero sé que oculta algo... no puedo pedirte que le desobedezcas... pero por piedad Gilliel. – Comenzó a llorar. – Si debo cumplir un papel en esta guerra házmelo saber de alguna forma... -

El desconsuelo de la pobre era tremendo, pero desobedecer a la palabra de Elrond era difícil, aun así, verla tan devastada era insoportable. Respiró hondo, se acomodó para poder abrazarla y darle consejo a Arwen. Sabia que era un riesgo, pero el tiempo le daría o no la razón sobre si sus actos eran correctos o no, ella era una gran señora y sus decisiones también eran dignas de respeto y valía.

- Dicen por ahí que una pequeña compañía de Hobbits viene camino a Rivendell desde la comarca. Guiados por alguien de tu interés, pieza esencial en esta guerra. Pieza a la que querrás correr en su auxilio... hagas lo que hagas con lo que ahora sabes, se prudente y recuerda que, aunque tu padre no duda de tus facultades, solo quiere protegerte y eso a veces puede segarlo. - Estaba aterrada por la decisión que Arwen fuera a tomar, pero el corazón, le decía que aquello había sido lo correcto.

- Sé qué debo hacer Gilliel. – pronunció la elfa – Iré en su busca y los ayudaré. No será fácil su camino sin un guía, siento que la oscuridad los comienza a acorralar y yo puedo iluminarlos. No digas nada a mi padre, él ahora mismo solicita tu presencia. Y por favor, bendice mi viaje y se la primera en saludarme al volver. – La joven la abrazo y corrió en busca de su caballo para emprender camino hacia su amado, en tanto ella, volvió a incorporarse camino a ver a Elrond.

- ¿Era inevitable verdad? – Preguntó el al ver a Arwen en la entrada alejándose en su caballo.

- Absolutamente inevitable – Respondió.

- Bien sabes cuánto amo a mi hija Gilliel, no debiste hablar.... – Reprochó.

- Y tu bien sabes cuánto ama ella a Aragorn... de alguna u otra forma lo hubiera descubierto y hubiera ido en su búsqueda... no trates de cambiar los papeles de esta guerra...-

- ¿Qué puedes saber tú de amar? – Preguntó con la mirada baja.

- Se cuán importante es la familia y por ello renuncié a mi felicidad... si darlo todo incondicionalmente por la felicidad de alguien no es amar, entonces no sé qué sea señor...- Respondió con fría crudeza, sus palabras fueron más que hirientes. Aunque sabía que su situación no era la mejor para mantenerse calmado.

- Lamento lo que dije, mis palabras no fueron las correctas. – Mencionó él apoyando su mano en el hombro de Gilliel – Sufriste tanto, y yo aquí cuestionando tus palabras luego de todo lo que has hecho por mí y por Arwen -

- No me dejes como la víctima en una situación que bien sabes yo elegí amigo mío, se por lo que estás pasando. Como también se que hablo con propiedad y experiencia al decirte que dejes las cosas a su propio andar, Arween es hermosa e inteligente como su madre y brava y feroz como tú, deja que cumpla su destino. La armaste y equipaste con lo más poderoso que puede existir en esta vida. El amor –

- Le di todo el amor que pude y aun así ella es tan testaruda e independiente que me aterra pensar que algún día ella pueda alejarse de mí, tu aún eres muy joven pero cuando tengas una familia lo entenderás –

- Tu bien sabes amigo que el deseo de una familia ya fue arrebatado por el paso del tiempo...- Suspiro mientras apoyaba su brazo sobre la mano de Elrond – El deseo de compartir mi vida con alguien se esfumo de camino aquí... aunque en verdad... desearía saber que es de ellos a quienes pretendí olvidar... como luce el bosque verde luego de tantos años...-

- ¿No crees que ya fue suficiente el tiempo que pasaste lejos?, no puedes escapar del pasado... solo regresando allí podrás correr la página en tu vida... eres una princesa hermosa, dotada de inteligencia, gracia, bondad y desperdiciar la dicha de la eternidad sería un pecado más grande si tú lo cometieras... Solo digo lo mismo que diría tu padre si hoy estuviese aquí...-

- Que irónico suena, pero tú bien sabes que no hay lugar para mi allí... solo sería una incomodidad... ya no hay nada para mí en el bosque...- Los suspiros no dejaban de brotar, pero abruptamente se detuvieron al oír a Elrond.

- Siento decirte que aún hay algo más que debes saber... - comentó mientras se volteaba con la cabeza a gachas – Gilliel... tu hermana... Elliel a...-

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